El mercado automotor está en expansión, los jugadores nacionales e importados actuales se afianzan y los nuevos se suman para ampliar la oferta a los consumidores.
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El mercado automotor argentino crece, así lo reflejan las expectativas de alcanzar las 600.000 unidades para fines de este año. Si bien en 2023, sobre 449.438 unidades los productos nacionales e importados participaron del 66.6% y 33.4% respectivamente; en 2024, sobre 414.041 unidades fue del 54.6% y 45.4%, para 2025 se estima que sería del 40/60 respectivamente. Ya en abril último las ventas fueron de un 45% para la producción local; 46% para la brasileña y un 9% de otros países.
Según Ernesto Cavicchioli, secretario de la Cámara de Importadores (Cidoa), para el sector los últimos cinco años han sido desafiantes ya que “con el gobierno anterior tuvimos un sistema de cupos de divisas para poder operar. Las marcas socias de Cidoa perdieron mucha participación en un mercado que estaba estancado en las 400.000 unidades anuales. Con la llegada del nuevo gobierno esto ha cambiado y el 2024 fue un año de transición. El 2025 está siendo un año de franca recuperación”.
Como describe el secretario de Cidoa, el producto local tiene un componente importado de una magnitud muy importante (más del 60% de sus partes). “Ni el país más industrializado fabrica la totalidad de lo que vende. Entonces sí o sí tiene que haber una complementación entre lo que se fabrica y lo que se importa y eso es el principio básico del comercio mundial. El importado tiene que ejercer presión competitiva porque, de lo contrario el precio, del producto local sería muy alto”.
En tanto, Fernando Rodríguez Canedo, director ejecutivo de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) señaló que los volúmenes registrados por el sector en el primer trimestre muestran un repunte evidenciando mejoras en ventas y producción aunque algo más desafiante en las exportaciones, pero acompañan la tendencia que anticiparon el año anterior. “El crecimiento en ventas lo atribuimos a una macro más estable, mejoras en el financiamiento a tasas competitivas (incluso a tasa cero en algunos casos) y una reducción en impuestos y consecuentemente en los precios”, definió.
Menos impuestos, ¿precios más bajos?
Si bien se esperaba que una reducción de impuestos se reflejara en los precios finales, Martín Álvarez, economista e investigador del Instituto de Economía (INECO) de la UADE, dijo que esta reducción tuvo un impacto moderado en la baja de precios. En los vehículos importados la incidencia fue mayor, especialmente en modelos de alta gama que soportaban aranceles elevados.
Sin embargo, la inflación, los costos logísticos y la variabilidad del tipo de cambio contrarrestaron parte de ese beneficio. En los nacionales, la incidencia fue menor debido a la carga tributaria interna aún elevada. El especialista explicó que la carga impositiva representa entre el 40% y el 50% del precio final de un vehículo, dependiendo del segmento.

Así, Cavicchioli afirmó que cualquier reducción de impuestos implica poder ofrecer productos más competitivos para los consumidores. Sin embargo, explicó que los distintos impuestos van impactando en toda la estructura de costos de las empresas y encarecen los productos. Hay impuestos comunes a los que hay en el resto del mundo y otros muy distorsivos como los impuestos internos o los ingresos brutos. En este último caso, el bien es gravado dos veces. La primera en la facturación del importador al concesionario y la segunda del concesionario al cliente. “El arancel externo común, sumado a la tasa de estadística, ya nos pone un 38% más caros. Luego, sobre eso se suma todo lo demás”.
Igualmente, Alejandro Nicolini, gerente general de las marcas Mitsubishi, GWM y Changan en la Argentina comentó que la reducción de impuestos, la normalización del proceso de importación, los incentivos a la electromovilidad han agilizado el mercado y está incentivando la compra de nuevas unidades. “Esta senda de mejora impositiva en beneficio del consumidor va a continuar. No todo es precio en el mercado automotriz, otro cambio ha sido la mejora en las financiaciones, en tasas y plazos”.
Asimismo, Rodríguez Canedo detalló que para fomentar las exportaciones y fortalecer el mercado interno se debe seguir avanzando en la reducción de impuestos que empezó el Gobierno nacional.
Explicó, también, que uno de los grandes problemas es que en la etapa productiva hay muchos impuestos que se superponen y encarecen todo a lo largo de la cadena de valor. “Algunos ejemplos son Ingresos Brutos, el impuesto al cheque y tasas municipales. Todo eso suma y representa un 11,6% del costo de producir un modelo en la Argentina para venderlo acá (se eleva a 13,75% si se destina a exportación por retenciones). En comparación, ese mismo peso impositivo en etapa productiva es del 7% en Brasil y 0% en México”.

Entonces, el director ejecutivo de ADEFA advirtió, “el sector se encuentra en un proceso de transformación impulsado por la apertura comercial y la necesidad de ser más competitivos. Ya se dieron pasos importantes para bajar impuestos y reducir costos, pero aún hay desafíos en cuanto a la presión fiscal y la eficiencia productiva. En este contexto, provincias y municipios también deberían sumarse al esfuerzo, porque cada nuevo impuesto o aumento afecta directamente la competitividad del sector y termina impactando en el precio que paga el consumidor”.
Así, los cálculos realizados por la cadena de valor señalan que la carga impositiva se encuentra en el 53,47 % para los automóviles de fabricación nacional (llega al 72,53 % con impuesto interno/lujo segundo tramo) y del 42,97% en el caso de los vehículos comerciales.
La industria automotriz representa el 6% del PBI industrial del país, es uno de los principales generadores de empleo directo e indirecto y el segundo sector exportador industrial de la Argentina.
Sobre la reciente salida del cepo, Pablo García Leyenda, director comercial Stellantis Argentina Fiat, Peugeot, Citroën, Jeep y RAM dijo que hoy hay una merma a nivel de toda la industria en todas las marcas que está alrededor del 30% y tiene que ver con la readecuación de las nuevas variables económicas. “La salida del cepo generó algunos impactos que se irán acomodando, por ejemplo, ya no hay brecha cambiaria o subieron un poco las tasas. Ese reacomodamiento genera siempre una retracción del público, no se verá en abril y, si hay un impacto, será en mayo. Celebramos la medida, no esperábamos que fuera tan pronto y hay que tener un período de paciencia”.

El avance chino y su impacto en el mercado argentino
La llegada de productos de origen chino al mercado automotor y el conflicto entre China y Estados Unidos tendrá un impacto, a analizar en los próximos meses, en el mercado local. Según los especialistas, esta tensión entre naciones podría afectar a los precios de materias primas o incluso enfriar la economía mundial.
También “podría abrirse una oportunidad para exportar más desde aquí a otros países que busquen proveedores alternativos. Continuamos monitoreando el tema para ver la incidencia en los próximos meses”, dijo el director ejecutivo de Adefa.
Esta expansión de la industria china es la tercera oleada de marcas asiáticas que comenzó en los 80’s con Japón, en los 90’s con Corea y hoy es el turno de los chinos. En el país, el ingreso de estos vehículos ha ofrecido una buena relación calidad-precio, alto nivel de equipamiento y diseños modernos para la elección del consumidor local.
Ricardo Flammini, presidente y director general de Nissan Argentina, Chile y Perú, comentó que en la post pandemia casi nadie esperaba que el crecimiento de las marcas chinas fuera tan veloz en diferentes mercados. Incluso compañías que no son chinas en su origen comenzaron a fabricar autos allí y tuvieron la ventaja de costo muy importante. “En el país, estamos en un nuevo mercado automotriz con la llegada de las marcas chinas”, y destacó que, “también tenemos nuestros planes en ese sentido de producción que aún no puedo anunciar. Tenemos esta posibilidad y hace al sentido para la región y para nosotros en la Argentina”.

En tanto, recientemente, el Gobierno habilitó el cupo de 50.000 autos anuales electrificados para que ingresen al país sin aranceles aduaneros, siempre que cuesten menos de US$16.000 Valor FOB (precio en puerto de origen, previo a otros impuestos), de los que se adjudicaron 31.000 vehículos entre más de 15 marcas (fábricas e importadores y cuatro terminales). Los vehículos tendrían un precio de venta al público a partir de US$21.000.
Un participante del cupo es el Grupo Antelo, importador de las marcas GWM, Changan y JMEV en Argentina, Uruguay y Paraguay. Tal y como comentó Nicolini, ingresarán 3000 unidades del Haval Jolion y H6 (híbridos, de GWM), 50 unidades del Ora 400 (100% eléctrico), 500 unidades del CS55 Plus (híbrido enchufable, de Changan) y 500 unidades del EV3 (eléctrico, de JMEV).
Desde 2018 el Grupo Antelo importa en el país las marcas GWM Haval y Changan, con presencia en todo el territorio y el expertise de años de representar estas marcas en el Cono Sur.
Por otra parte, Pablo Sibilla, presidente y director general de Renault Argentina, explicó que medidas recientes, como la eliminación del impuesto PAIS, la reducción de impuestos internos (incluido el denominado ‘impuesto al lujo’) y la baja de aranceles para la importación de vehículos con nuevas tecnologías son señales concretas del compromiso del Gobierno nacional por impulsar la competitividad del sector, sin perder de vista el equilibrio fiscal. “Seguimos apostando por una estrategia que combine lo mejor de ambos mundos: la producción local fortalecida y la incorporación gradual de nuevas tecnologías, para ofrecer a nuestros clientes una gama de productos cada vez más amplia y adaptada a las tendencias globales”.

En adición, García Leyenda señaló que las curvas se invirtieron hace un tiempo y ya el importado alcanzaría alrededor del 60% del mercado. “No obstante, señales como la del Fiat Cronos y la performance que está sosteniendo son importantes. No quiere decir que la foto que vemos hoy va a ser una constante. El mercado es dinámico, van a llegar más competidores y van a impulsarlo más”.
Pickups, segmento abierto
Para el economista, hay una presión creciente de los importados sobre los productos nacionales, pero en determinados segmentos de la gama media y limitada en la gama alta. “Las pickups locales siguen siendo competitivas por costos de producción, a créditos y fidelidad de marca. La Argentina aún es fuerte en pickups por su industria consolidada (Ford, Toyota, Volkswagen, Nissan). La incertidumbre macroeconómica, el costo argentino y la falta de previsibilidad fiscal ralentizaron las inversiones. Brasil y México han captado parte del interés previo que había por el país”.

Con una Argentina de perfil de industria actualmente orientado a la especialización y complementación con fuerte foco en la exportación (60% de lo que se produce en promedio), Rodríguez Canedo afirmó, “somos productores de autos de pasajeros y comerciales pesados y es verdad que el segmento de los comerciales livianos se posicionó en la estrategia industrial de varias terminales asociadas a Adefa. Hoy la oferta es de cinco modelos producidos localmente y un polo de proveedores, hay cuatro nuevos proyectos en marcha y este desempeño ubica al país cuarto en el ranking mundial de productores de pickups medianas”.
Como indicó Nicolini, el segmento de pickups en el país es aproximadamente el 24% del mercado y el más competitivo debido a que gran parte de las marcas que se comercializan se producen localmente. Así, “la Mitsubishi L200 (recientemente lanzada), se posiciona en el segmento de pickups . Luego de un periodo con dificultades para importar los vehículos, apuntamos a traer alrededor de 1000 unidades en 2025”.
Acerca del paso como fabricante a importador a partir del anuncio de la finalización de la producción de la Nissan Frontier en el país al cierre de 2025, Flammini afirmó que esta resolución no tiene que ver con cómo le va a al país sino que es una decisión de la marca y continuará con su oferta porque la pickup se importará desde México. “El costo de la planta en México es mucho más competitivo que el de acá por un tema de escala. En este nuevo escenario va a haber mayor disponibilidad de vehículos y más competencia que hará que los márgenes se achiquen. Es mejor una industria de 600.000 autos de oferta que de 350.000 de demanda. Este segmento no está sobre ofertado”.

Ante la apertura del mercado, la propuesta de servicios será la diferencia. “El aumento de vehículos importados, muchas veces con altos niveles de equipamiento y precios competitivos, plantea sin dudas un desafío para la industria local y regional. Sin embargo, también abre una oportunidad para que los clientes accedan a una oferta más amplia y variada. Desde Renault, enfrentamos este escenario con una estrategia que combina competitividad industrial, renovación de producto y cercanía con las necesidades del cliente argentino. La producción local y regional nos permite ofrecer vehículos diseñados para las particularidades de nuestro mercado, con una sólida red de servicios y postventa, que es un diferencial clave frente a productos importados”, afirmó Sibilla.
Finalmente, la vuelta a la ‘normalidad’ del mercado siempre beneficiará al cliente. “Hay una recuperación significativa respecto de 2024. La participación de los importados podría crecer levemente, dependiendo de acuerdos comerciales, oferta disponible y competitividad de la industria local. Reducir impuestos es clave para dejar de percibir el auto como un artículo de lujo y convertirlo en un bien de uso más accesible”, concluyó Martín Álvarez.