La Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice llegó al domo del Planetario en una producción inmersiva
Este viernes se estrenó la obra audiovisual que combina arte, ciencia y tecnología, creada con recursos de la Inteligencia Artificial; un homenaje a un pionero que “vino del futuro”
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Desde siempre el cielo ha sido fuente de inspiración para la humanidad. Las constelaciones, como Orión con su elegante cinturón hecho de las Tres Marías; o la majestuosa Cruz del Sur, señalando siempre el norte en la oscuridad, son la proyección de la imaginación humana que fabula al mirar al cielo uniendo los puntos brillantes del firmamento, como tendiendo hilos que dibujan figuras. Imágenes estelares, brújulas de los navegantes en sus noches marinas. Dicen que la realidad se origina en la mente para luego manifestarse en el exterior, que lo que nos rodea alguna vez fueron ideas, sueños o preguntas. “Llegamos a la luna primero en cuentos y después en la vida real”, narraba el viernes por la tarde una voz en off durante el estreno de Travesía intergaláctica: La Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice, una función inmersiva sobre la obra emblemática del argentino Ferdinand Fallik, nacido en Košice Checoslovaquia, ciudad a la cual el artista debe su nombre artístico.
“La aventura de la humanidad no se detiene ante lo imprevisible, al contrario, vamos dirigidos a lo desconocido e inédito”, continuaba más adelante en la proyección otra voz, esta vez la del artista, recreada gracias a la Inteligencia Artificial, luego de un viaje hacia Saturno, Júpiter, Marte, la Luna en su fase menguante y otros astros que desfilan por el cielo que cubre la ciudad de Buenos Aires. El recorrido incluyó a Arturo, una estrella roja y pequeña pero más grande, luminosa y antigua que el Sol.
Fue ese astro el que inspiró el nombre de la revista homónima sobre arte abstracto, en la que Kosice escribiera que “El hombre no ha de terminar en la tierra”, como si el cielo estrellado e inmenso que fue el paisaje de su travesía intercontinental de Europa a la Argentina a sus cuatro de edad, hubiera quedado impregnado en su imaginario, transportándolo a una nueva travesía que lo conduciría esta vez a su ciudad imaginaria que vuela a un kilómetro o un kilómetro y medio sobre la tierra, de espacios circulares, transparentes y móviles. Allí los ambientes responden a una cadencia poética en vez de funcional. Hay donde dejar escrito en tinta de nubes la radiación gozosa de todos los deseos; hay espacio para los pasos perdidos y de ausencias que se reciclan; otros para no tener ganas y no merecer los trabajos del día y la noche; también donde alargar la vida y corregir la improvisación; o para olvidar el olvido y tantas otras posibilidades como la inagotable sensibilidad humana pueda concebir.
“Creo que todo es posible; todo puede pasar. Me encantaría estar para vivirlo”, expresó Graciela, de 60, entusiasmada con el planteo utópico del artista. “Desde niño miraba las estrellas y me imaginaba posible vivir en otro planeta. Me fascinó la integración de ciencia e historia con las nuevas tecnologías”, agregó Josh, de 43 años, oriundo de Estados Unidos. “Lo que más me gustó fue viajar a la constelación del unicornio”, sumó Gaia, de 5, con sus ojos alegres luego de encontrarse con uno de los íconos preferidos de los chicos hoy. “Me imaginé una ciudad robótica”, expresó Micaela, de 11, después de la función en esta tarde de verano de un día que asomó lluvioso y avanzó húmedo, en sintonía con la materialidad característica de este artista pionero del arte hidrocinético que creó obras de plástico, acero, madera, con agua, luz y movimiento. Una de sus emblemáticas gotas [de 1982] recibe al visitante en la entrada del Planetario y otra Viviendas hidroespaciales en la Constelación de Jael [de 1979] lo despide. Ambas fueron donadas por el artista al Planetario y son testigos de su devoción a esta institución de divulgación científica.
Kosice dedicó varias décadas de su vida a explorar su Ciudad Hidroespacial, dejando la idea plasmada en una gran diversidad de lenguajes, como maquetas, esculturas, escritos, poesía, fotomontajes y hasta dibujos. “¿Qué hacemos con todo eso"button ln-button font-bold border border-thin rounded-4 gap-8 border-all border-transparent bg-transparent text-light-700 --default" title="Ver más" type="button" data-variant="default">