La reconocida fotógrafa mexicana Graciela Iturbide gana el premio Princesa de Asturias de las Artes
En su relevante trayectoria ha retratado a su país, a las comunidades indígenas y a Frida Kahlo; una mirada que va “de lo primitivo a lo contemporáneo, de la crudeza a la magia espontánea del instante”
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MADRID.— La fotógrafa Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942) fue distinguida hoy con el Premio Princesa de Asturias de las Artes. El jurado decidió, por unanimidad, otorgarle este prestigioso galardón y destacó la mirada de esta artista que va “desde lo primitivo a lo contemporáneo; desde la crudeza de la realidad social hasta la magia espontánea del instante”. La obra de la fotógrafa se presentó en varias ocasiones en Buenos Aires.
“También sueño en blanco y negro”, decía Graciela Iturbide a El País en 2022 y celebraba su arte y su sello, y el ritual que significa para ella la fotografía y su posterior revelado y edición. Su obra tiene un esencia documental, motivo por el cual recorrió Latinoamérica y en 1978 fue designada por el Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México, dirigido por entonces por Juan Rulfo, para documentar la población indígena de su país.
“Dueña de una mirada innovadora y dotada de una extraordinaria profundidad artística, la lente de Iturbide ha retratado la naturaleza humana a través de fotografías cargadas de simbolismo, que crean un mundo propio: desde lo primitivo a lo contemporáneo; desde la crudeza de la realidad social hasta la magia espontánea del instante”, expresa el fallo del jurado.

En 2016 se realizó en Buenos Aires una retrospectiva en la obra de Iturbide, quien retrató por ejemplo a Frida Kahlo, en Fototeca Latinoamericana (FoLa); también se presentó en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1989 y en el año 2000, en una exposición curada por Sara Facio.
En sus inicios, Iturbide quiso ser directora de cine. Estudió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Allí conoció al fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, quien sería una gran influencia en su obra.

Amiga de Henri Cartier Bresson, trabajó con él en algunas ocasiones. Además de recorrer América Latina, Iturbide recorrió Alemania, India, Madagascar, Hungría, Francia y Estados Unidos. Sus obras se exhibieron en el Centro Pompidou de París, el San Francisco Museum of Modern Art, el Philadelphia Museum of Art, el Getty Museum, el Fotomuseum Winterthur y la Barbican Art Gallery, entre otros. Oficial de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y doctora honoris causa por el Columbia College de Chicago y el San Francisco Art Institute, Iturbide obtuvo el premio de la W. Eugene Smith Memorial Fund (1987), el Grand Prize Mois de la Photo (1988), la Guggenheim Fellowship (1988), el premio Hugo Erfurth ( 1989), el International Grand Prize de Japón (1990), el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México (2008), el Hasselblad, en Suecia (2008), el premio PHotoESPAÑA (2010), el Lucie Award (2010), el Premio Cornell Capa del Centro Internacional de Fotografía (2015) y el premio William Klein de la Academia de Bellas Artes de Francia (2023).
“Una de las principales características de la personalidad de Iturbide es su humildad. Esta actitud les da sentido a todos sus actos y, por supuesto, se manifiesta en su manera de fotografiar. «Nunca tomo una foto sin avisar», sentencia cuando le preguntan por el enorme magnetismo que emanan sus personajes", escribió Daniel Merle en LA NACION, con motivo de la retrospectiva de Iturbide en Buenos Aires.
El jurado del Premio Princesa de Asturias de las Artes, presidido presidido por Miguel Zugaza Miranda, está integrado por Aarón Zapico Braña, Carlos Urroz Arancibia, Claude Bussac, Oliver Díaz Suárez, Josep Maria Flotats i Picas, Maribel López Zambrana, Joan Matabosch Grifoll, Isabel Muñoz Villalonga, María Pagés Madrigal, Christina Rosenvinge Hepworth y Teresa Sapey. “La obra de Graciela Iturbide, en blanco y negro, combina lo documental con un sentido poético de la imagen. A través de su cámara capta la vida cotidiana de México, con una mirada profunda, respetuosa y evocadora. Sus imágenes no solo muestran lo que ve, sino también lo que siente. Cada fotografía tiene una carga emocional y cultural que nos invita a mirar más allá de lo visible”, destacó el jurado.
El Princesa de Asturias está dotado con una escultura de Joan Miró, símbolo representativo del premio y por una recompensa de 50.000 euros. La ceremonia de entrega se celebrará en el mes de octubre ante la presencia de los Reyes de España y de la Princesa de Asturias.