Gran Premio de Mónaco: el Principado en el que brillaron Fangio y Reutemann, escenario del examen de Colapinto
El Chueco fue en 1950 el primer ganador en un circuito callejero y Lole se impuso 30 años más tarde; el pilarense iniciará el viernes la segunda aventura con Alpine
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“Uno de los circuitos más desafiantes”, lanzó Franco Colapinto, después de realizar la presentación del circuito de Mónaco con el simulador de Alpine. El pilarense desandará en el legendario trazado callejero el segundo episodio con la escudería de Enstone, tras el estreno, el domingo pasado, en Imola.
“Es uno de los circuitos en los que es más difícil adelantar y que no concede margen de error. Tengo ganas de salir de nuevo a girar, cuanto antes, para acrecentar mi confianza y seguir creciendo junto al equipo”, animó el argentino, que en el glamoroso dibujo urbano participará de la undécima experiencia en la Fórmula 1, después de las nueve carreras bajo el paraguas de Williams, el año pasado, y el reestreno en el Gran Circo en el último Gran Premio de Emilia Romagna.
Cuando el joven argentino apunta a la complejidad y los retos que se multiplican tiene un argumento que avala las palabras. No será su primera vez en Mónaco, escenario en el que corrió con la F.2 y la F.3, las categorías teloneras del Gran Circo. En la Sprint Race de la F.3, en 2023, con una maniobra de superación sobre Taylor Barnard en la denominada Curva del Hotel firmó el único sobrepaso de la carrera, en la que finalizó en el cuarto puesto; al día siguiente, en la carrera principal, se ubicó sexto.
El año pasado, en la F.2, terminó en las posiciones 5ª y 13ª; el retraso en el clasificador, después de pulsear por el último escalón del podio, generó un momento incómodo para Colapinto y el equipo MP Motorsport, que recibió el ataque en redes sociales de los fanáticos argentinos por una estrategia que no descubrió resultados.
Pero para encontrar el estreno en Mónaco hay que retroceder hasta 2019, y no pudo ser mejor: con el equipo FA Racing by Drivex, cuyo uno de los propietarios es Fernando Alonso, obtuvo una victoria y un segundo puesto en las carreras de la Eurocopa de la Fórmula Renault. Ahora, con su presencia se cortarán 25 años sin asistencia de un argentino. Gastón Mazzacane (Minardi) fue el último; de los diez que tomaron parte de algunos de los grandes premios, solo Juan Manuel y Carlos Reutemann ganaron, señalaron podio y recibieron la bandera a cuadros.
El motor Renault se despedirá de la F.1 al finalizar la temporada y el equipo Alpine será cliente de Mercedes, una decisión que agitó Flavio Briatore, el asesor ejecutivo de la escudería. El déficit del impulsor es de entre 20 y 30 HP y aunque la escudería le solicitó a la Federación Internacional del Automóvil una excepción para romper el congelamiento en el desarrollo, medida que se instauró en 2022 para reducir costos, no tuvo el aval del resto de las fábricas.
Mónaco podría ser un lugar amigable para Alpine, por las características del trazado. “Seguro que se aplacará la falta de motor, es un circuito diferente y seguramente podremos estar un poquito más cerca”, aseveró Colapinto a ESPN. Ilusionarse con una victoria es demasiado exitista, tanto como sumar un podio como en 2023, con Esteban Ocon. La clasificación es un punto determinante del gran premio: 32 de las 70 veces que un piloto señaló la pole, ganó el gran premio; en 16 oportunidades el vencedor fue quien partió desde el segundo cajón de la grilla.
El primero en registrar el doblete fue Fangio (Alfa Romeo) en 1950, cuando la F.1 hizo su debut en Mónaco; el último, en 2024, Charles Leclerc (Ferrari). La tendencia se hizo más profunda desde 2004, donde solamente Felipe Massa (2008), Lewis Hamilton (2015), Daniel Ricciardo (2016), Kimi Raikkonen (2017), Leclerc (2021 y 2022) no finalizaron en lo más alto del podio, tras ser los más veloces el día anterior.
La victoria de Fangio en Mónaco en 1950
El primer triunfo de los 24 de Fangio en la F.1, en Mónaco, tuvo ribetes dantescos. Perdió en la largada el primer puesto con Giuseppe Farina (Alfa Romeo), aunque recuperó la posición en el sector Tabac. En la zona de la piscina, una enorme ola rompió sobre la pista y aunque el Chueco esquivó el agua, su perseguidor no tuvo la misma suerte: hizo un trompo y detrás suyo se desencadenó un accidente que involucró a otros ¡nueve autos! El balcarceño fue el único que completó las 100 vueltas de un gran premio que solo terminaron siete pilotos.
Por divergencias organizativas y económicas, el gran premio no se corrió durante los siguiente cuatro años –el restante calendario que no albergó al circuito urbano fue 2020, por la pandemia mundial de Covid 19–, y en 1957 volvió Fangio a señalar la pole y alzarse con el triunfo, en una carrera en la que demostró la destreza y la fortuna para no quedar atrapado en el accidente que protagonizaron Stirling Moss (Vanwall) y Peter Collins (Ferrari), quienes desertaron en el cuarto giro. El Chueco, con una Maserati, vapuleó al resto: 25 segundos lo separaron del primer escolta, Tony Brooks (Vanwall).
Reutemann, triunfal en Mónaco en 1980
El éxito de Reutemann, con Williams, en 1980, descubrió un costado emotivo: rompió con la serie negativa de un año y medio sin victorias –desde Watkins Glen, en 1978, la última de las cinco que firmó con Ferrari– y con sus hijas Cora Inés y Mariana por primera vez en un circuito, acompañando las aventuras de su padre. Lole arribó esa temporada a la escudería de Grove procedente de Lotus, donde cosechó cuatro podios y ningún triunfo; a los 38 años entendió que bajo el paraguas de Frank Williams y de Patrick Head podía pulsear por victorias y entusiasmarse con ganar el Mundial de Pilotos.
“La pole se me escapó por un pelito, pero igual para un viejito como yo estar segundo, a 7/100, está bien, ¿no?”, comentó a los periodistas argentinos. Didier Pironi (Ligier) señaló el mejor tiempo y tomó la delantera; Alan Jones (Williams) superó al santafesino, que lejos de desesperarse hizo una persecución sin errores. Una falla de transmisión provocó el abandono del australiano y compañero de garaje; un despiste empujó a desertar al francés. Lole enfiló hacia la victoria, con su esposa María Noemí Claudia Mimicha Bobbio y la menor de las hijas saludando su paso en la última vuelta. “La razón de la felicidad es estrictamente personal: cumplí 12 años de casado y por primera vez mis hijas presenciaron una carrera de F.1”, remató Reutemann.
Mónaco es tan singular que es la única carrera que no cumple con los 305 kilómetros de recorrido: en las calles de Montecarlo son 260 km; es una de las citas que dan forma a la Triple Corona, junto a las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis, con la que el domingo compartirá calendario. No hay un podio de festejos, la ceremonia de premiación se realiza en el palco del príncipe Alberto, y el protocolo de no mojar con champagne a la realeza se desdibujó en 2024, con el éxito del monegasco Leclerc.