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Sigue en caída libre Argentinos Juniors. No puede repuntar ni siquiera arañando un punto y encima tampoco pudo aprovechar la localía. El último puesto de la tabla en la Superliga habla de un presente más que preocupante. Volvió a perder y ya mira de reojo la tabla de los promedios. Esta vez cayó 2-0 ante el difícil Talleres, un conjunto de buen pie y marcación incesante comandada por el veterano incansable Pablo Guiñazú.
El equipo cordobés lo doblegó sabiendo de su débil actualidad. Y a pesar de que los locales empezaron llevando peligro al arco de Herrera, el gol tempranero de Junior Arias para los visitantes, luego de una buena jugada entre Bustos y Godoy, fue un golpe duro de asimilar. Luego llegaron remates de Bustos y Arias respectivamente que pudieron convertirse en el segundo tanto.
Aun en esa circunstancia y luego de unos minutos de confusión, Argentinos empujó con la experiencia de Machín y la habilidad de Barboza. Un cabezazo de Sandoval qué pasó cerca y otro de Illarrigue con parecido final fueron el aviso de que los hoy dirigidos por Raúl Sanzotti (todavía no está claro quién será el próximo entrenador), iban a intentar vender cara la derrota por todos los medios.
Pero esa actitud se vio seriamente afectada cuando a los dos minutos del segundo tiempo Gonzalo Maroni empujó a la red una pelota que el arquero Lucas Cháves, como en el primer gol y otra vez ante un desborde de Godoy, no pudo retener.
Fue el golpe del final en el principio del complemento. Demasiado cuesta arriba le quedó el resultado y el desarrollo al Bicho, a pesar del tiempo disponible. Y encima el público presente empezó a entonar insultos contra los jugadores.
Talleres manejó los nervios del rival con oficio y sabiendo que la victoria estaba en sus manos. Todo lo contrario a Argentinos Juniors, que se fue silbado y amenazado por su hinchada ante un posible descenso el año que viene.