Dejando de lado la tensión política que se desarrolló por la difusión de dos deepfakes contra Mauricio Macri, hay otro punto interesante: la efectividad y la influencia real que estos videos pueden tener en el votante
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“Se trata de un intento de fraude electoral”, escribió Mauricio Macri en la red social X el sábado por la noche, luego de la viralización de dos videos creados con inteligencia artificial que usaban la imagen del expresidente para difundir la falsa baja de la candidatura de Silvia Lospennato como legisladora de la Ciudad de Buenos Aires y un extraño llamado de apoyo al candidato ganador Manuel Adorni.
En su descargo, acusó directamente a La Libertad Avanza y dijo que estos contenidos provenían directamente del círculo íntimo del partido libertario. “Busca confundir al electorado utilizando artilugios que pueden ser interpretados como reales por parte de la audiencia”, señaló Macri. El presidente Javier Milei refutó estas acusaciones y dijo que “Macri estaba muy llorón”, mientras que Adorni, en paralelo, manifestó que “lo deseable es que eso no pase, pero cuando pasa es reprochable y repudiable que acusen a una fuerza política de eso”.
Dejando de lado la tensión política que se desarrolló, hay otro punto interesante: la efectividad y la influencia real que estos videos pueden tener en el votante. Mucho se habla acerca de cómo estos contenidos pueden manipular la realidad de las personas. Las hipótesis y los planteos no son errados porque, definitivamente, la verosimilitud de los videos e imágenes que hace la inteligencia artificial puede resultar engañosa. Pero, hasta el momento, ¿ese impacto se logró materializar en algún caso en particular?
"#GraciasMauricio":
— Tendencias (@TTendenciaX) May 19, 2025
Porque Macri felicitó a Manuel Adorni y dijo que fue gracias a su video anunciando que Lospennato se bajaba. pic.twitter.com/cRKKDcTRhI
“La presencia de la IA viene creciendo en contextos electorales. No es un mito, sobre todo si tomamos conciencia del alcance de sus usos, que van desde segmentar audiencias y personalizar mensajes políticos, generar videos o audios deepfake”, explicó Fernanda Vegetti, socióloga y consultora política. “Pero inferir que la utilización de IA por sí misma podría determinar el rumbo de una elección es como pensar que una brisa puede cambiar el curso de un río. La IA entra a jugar con otros elementos: contextuales, partidarios, de confianza, institucionales, de territorio, de historia”, agregó.
Sobre quiénes son las audiencias realmente afectadas por estos fenómenos, Juan Iramain, consultor político y socio director de Infomedia, explicó que las personas más expuestas son las menos ingenuas: un chico que se pasa varias horas diarias en TikTok, Instagram o X y tiene el ojo muy entrenado para distinguir un video falso de uno verdadero. “Al menos en el punto de desarrollo que tiene la IA hoy, solo engaña a un porcentaje minúsculo de la audiencia, como quizá pasó con el cine en sus comienzos, que hacía creer a unos pocos que la sangre de una herida fingida era sangre real”, manifestó.
Y aunque sepan diferenciar qué es verdad y qué es mentira, la intención maliciosa que queda en evidencia con la difusión de videos falsos es lo que, en definitiva, puede afectar al votante. O al menos así fue el caso de Víctor, residente de Palermo de 48 años, que había decidido votar a Adorni, pero al ver que los contenidos que se viralizaron en redes sociales provenían de cuentas afiliadas al partido oficialista, eligió a Lospennato. “Para votar tenés que tener la información certera. Esto atenta contra la democracia”, dijo a LA NACION. “El intento de engaño estaba dirigido a las personas más grandes”, agregó.
En relación con la denuncia de Macri, el votante dijo que le pareció correcta y que Milei se equivoca al llamar de manera despectiva al expresidente. “Está bien hacer una denuncia pública para que no lo vuelvan a hacer”, manifestó Víctor.
El año pasado hubo muchas elecciones importantes alrededor del mundo, entre ellas las de Estados Unidos y México. Y ambos países son grandes casos de estudio para medir el verdadero alcance de la tecnología. Un estudio elaborado por la Friedrich Naumann Foundation for Freedom aseguró que la influencia de la inteligencia artificial en el ciclo electoral 2023-2024 desarrollado en México fue mínima. Muchos de los contenidos estaban realizados con herramientas sencillas y, de los 44 casos identificados, solo cinco tuvieron relevancia mediática.
La estrategia detrás de la difusión de deepfakes apunta a permitir que los candidatos o partidos políticos rechacen críticas, nieguen acusaciones y desacrediten a las fuentes. También les permite desviar la atención, cambiar la narrativa, culpar a otros actores e incluso intimidar a la oposición. Además, se busca generar conflictos dentro o entre comunidades para profundizar divisiones. También pueden ser utilizados para alentar el fraude y el cibercrimen. En un caso, Claudia Sheinbaum invitaba a la ciudadanía a invertir en una plataforma financiera falsa. Así, se le sumaron otros tres en los que las imágenes de personalidades políticas fueron aprovechadas para cometer diferentes delitos.
Estados Unidos, por su lado, tuvo varias secuencias relacionadas con la inteligencia artificial durante su año de campaña. La más conocida fue la polémica por las llamadas falsas de Joe Biden a los votantes de New Hampshire, donde el entonces mandatario los incentivaba a no votar en las elecciones primarias. Pero es importante destacar que esto no tuvo un impacto, sino que más bien fue una alerta: el Partido Demócrata igualmente ganó las elecciones en aquel distrito.
En la potencia norteamericana, uno de los efectos más desconocidos (y con más poder) está relacionado con los algoritmos que logra construir la inteligencia artificial para cada persona, aseguró Cody Buntain, un profesor de la Universidad de Maryland’s College of Information, en relación con la IA y las elecciones. Esto puede usarse definitivamente con una intención maliciosa, pero también puede ser funcional para aumentar el compromiso del votante a través de mensajes personalizados y para brindarle información vital a los partidos políticos sobre tendencias, según informó un artículo de la Emory University.
Al final del día, estos ejemplos ponen en jaque el lugar que tienen Instagram, TikTok o X como espacios donde habitan estos contenidos. “Podemos abrir el debate a pensar si las redes siguen siendo el espacio abierto para el debate ciudadano, para el diálogo horizontal o, por el contrario, si son un espacio donde pocos hablan, varios repiten y no muchos escuchan ni ven”, dijo Vegetti. “En un contexto de posverdad en el que la emoción pesa más que la evidencia y la velocidad más que la verificación, la IA puede reforzar esas burbujas e influir en las percepciones de los electores sobre la política, pero realmente la diferenciación tiene que ser mucho más que un murmullo para que pueda cambiar el curso de una elección”, aseguró.
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