Unos 120 ganaderos observaron hacienda Hereford en el marco de una gira organizada por la Asociación Argentina Criadores de Hereford
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Durante cuatro días, un contingente de 120 ganaderos, entre ellos uruguayos y brasileños, recorrió diez estancias emblemáticas de Tierra del Fuego en una gira organizada por la Asociación Argentina de Hereford. Según informó la entidad, los productores pudieron conocer de primera mano los sistemas productivos de la isla, donde la ganadería bovina convive con la ovina y, en algunos casos, con la explotación petrolera y el turismo de pesca con mosca.
El recorrido comenzó en Ushuaia, donde la vicegobernadora Mónica Urquiza y la ministra de Producción y Ambiente, Karina Fernández, recibieron a la delegación encabezada por el presidente de Hereford Argentina, el ingeniero agrónomo Jorge Collinet. En el acto oficial, las autoridades provinciales entregaron un documento que declaró al evento de interés provincial.

Desde la capital fueguina, el grupo se trasladó en combis y camionetas para visitar establecimientos en Tolhuin y Río Grande. Durante el trayecto, los productores pudieron observar la transición entre el ecotono de Ñires y Lengas y la estepa fueguina, un paisaje característico de la isla. Entre las estancias visitadas se destacaron Rolito, Pirinaica, Sara Braun, María Behety, La Retranca, Despedida, Cabo Peñas, José Menéndez, San Luis y Laguna Escondida.
Según la Asociación Hereford, casi el 100% de la ganadería bovina en Tierra del Fuego pertenece a esta raza. “La adaptación de Hereford a la isla lleva más de 70 años. Su engrasamiento, mansedumbre y rusticidad la hacen ideal para estas condiciones”, afirmaron desde la entidad.
Los productores pudieron recorrer rodeos de Pedigree, Puro Registrado y VIP, inscriptos en los programas de selección de la asociación. En la isla, el entore se realiza a los 24/26 meses y los toros permanecen en servicio durante 90 días, entre diciembre y marzo, con un porcentaje de participación de entre el 3 y el 4%. La cantidad de hectáreas necesarias por vaca varía entre 6 y 20, dependiendo de la oferta forrajera del campo.
El pasto predominante en la isla es el Coirón (Festuca Gracillima), que representa más de la mitad de la oferta forrajera. También se encuentran especies como ray grass, pasto ovillo, festuca y trébol blanco, que son sembradas al voleo. “Algunos campos están experimentando con alfalfa de grado 4″, explicaron.
El invierno es uno de los principales desafíos que enfrenta la producción ganadera en la isla. “Los animales rotan entre regiones de “veranada” e “invernada” para aprovechar mejor los recursos. Para poder pasar el invierno sin inconvenientes, las vacas deben engrasarse bien, ya que esta será la fuente de energía que utilizarán para pasar esta etapa del año”, explicaron en la entidad. Las vacas pueden perder hasta 100 kilos en invierno, pero los recuperan con los rebrotes de pasto en primavera, llegando en perfectas condiciones al entore.
A pesar de ello, los resultados productivos de la raza en este entorno son positivos. “Los porcentajes de preñez y destete alcanzan el 95% y el 87%, respectivamente, lo que demuestra la adaptación y rusticidad del Hereford”, destacaron. Además, destacaron que gracias a las excelentes condiciones sanitarias de la isla, “las vacas pueden superar los 15 años de vida y los toros pueden estar en servicio hasta ocho años”.
Por otro lado, estos campos y paisajes de “ensueño” tienen sus “amenazas latentes”. Uno de ellos, detallan, es la proliferación de una maleza invasora conocida como Pilosa (Hieracium pilosella), originaria de Nueva Zelanda. “En su país de origen ha inutilizado grandes superficies de campo, y en la isla su control es muy difícil por los fuertes vientos”, advirtieron. Para combatirla, las aplicaciones deben hacerse en ventanas climáticas muy cortas, generalmente de noche.

Otro problema creciente es la presencia de perros asilvestrados. “Provocan muchas pérdidas en el ganado bovino y ovino”, señalaron los productores. Además, el incremento de la población de guanacos está afectando los programas de recuperación forrajera en las estancias. “Estas problemáticas han sido reclamadas a las autoridades en varias oportunidades”, indicaron desde la Asociación Hereford.
Pese a estos inconvenientes, los productores destacaron que el mayor tesoro de la isla es su estatus sanitario. “Tierra del Fuego es una zona libre de brucelosis, tuberculosis, leucosis, aftosa y lengua azul”, resaltaron desde la entidad. Esto, remarcaron, convierte a la región en un lugar ideal para la exportación de genética y ganado en pie hacia los mercados más exigentes del mundo.
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