Luego de la dura crítica de Milei a los “empresarios prebendarios”, crece la alerta por los altos costos
En medio de la discusión sobre el tipo de cambio, el Presidente había señalado el sábado que profundizará la apertura económica; una encuesta de la UIA registró impacto en la producción y el empleo
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El golpe llegó a Villa Constitución, donde Tenaris Siat -fabricante de tubos con costura para el agro, automotrices y la construcción, entre otros, del Grupo Techint- envió un preaviso de cesantía en las últimas horas a cerca de 29 operarios. En esa planta de Santa Fe trabajan actualmente unas 100 personas. “El nivel de producción está por el piso”, contaron fuentes al tanto de la situación. “Los distribuidores están stockeados y no podemos competir con los importados”, agregó, y cerró: “No parece que vaya a mejorar”.
Luego de las duras críticas del presidente Javier Milei en el discurso de apertura de sesiones ordinarias a la industria nacional, y de la ratificación de que se viene más apertura comercial de la economía, en el sector fabril entraron en alerta.
Una encuesta difundida por la Unión Industrial Argentina (UIA) afirmó que la principal preocupación de las empresas son los altos costos en un contexto de “competencia desleal” por productos importados a precios más bajos -sumado al contrabando- y, como contraparte, la elevada carga impositiva en la Argentina. Esto, sugirieron entre los industriales, puede comenzar a afectar el empleo en el sector.
El Centro de Estudios (CEU) de la entidad que dirige Daniel Funes de Rioja presentó hoy sus conclusiones de la primera Encuesta UIA 2025, en la que destacó que, si bien el Monitor de Desempeño Industrial usado para adelantar el ciclo se ubicó por décima vez en zona de contracción (42,2), ese indicador está contaminado por un mes -enero- caracterizado por vacaciones y paradas de planta (o sea, de alta estacionalidad). Sin embargo, indicaron que la mayoría de las empresas dice haber registrado caídas en la producción (42,3%) y en las ventas (44,8%) respecto del promedio del trimestre anterior.
Luego, la encuesta apunta a la variable más sensible para todo gobierno, sobre todo, en momentos de campaña electoral. “Un aspecto relevante tiene que ver con la evolución del empleo, que, a comparación de la producción y las ventas, presenta una menor estacionalidad. En enero, solo el 11,5% de las empresas incrementó su dotación de personal frente a un 17,6% que la redujo (con relación al mes anterior), contrastando con el relevamiento anterior, donde el 17% había registrado aumentos y el 14,2% recortes”, estimó el informe del CEU elaborado por el equipo técnico de la UIA. Y agregó: “Estos resultados también son consistentes con los datos de empleo formal de noviembre de 2024, cuando luego de dos meses consecutivos de un leve incremento mensual en el empleo registrados de la industria, la cantidad de trabajadores volvió a contraerse”.
Más allá de la compleja situación del sector, si se observan las expectativas de los empresarios, para 2025 fueron menos los que percibieron una situación peor a la del año pasado. “No obstante, las expectativas de cara a futuro se moderaron, con una menor cantidad de empresas que prevé mejoras en su situación económica empresarial (61,7% versus 67,8% en el relevamiento anterior), en su sector de actividad (58,1% vs. 68,1%) y a nivel país (68,6% vs. 75,5%)”, explicó la encuesta coordinada por Pablo Dragún.
En medio del debate por el atraso cambiario, aludiendo a la “industria infante” y al “curro entre los políticos y los empresarios prebendarios”, el Presidente había dado su punto de vista el sábado sobre la orientación económica que empuja: “También quiero acá terminar con otra falacia, con la que nos han estado mintiendo por casi cien años, y que es el tema de la industria infante, un infante que por lo menos tiene 90 años ya. O, digamos, de proteger la industria X, porque genera puestos de trabajo. Esa también es otra mentira. Porque si en el proceso de apertura de la economía ingresa un producto de mejor calidad o mejor precio y quiebra una empresa, también es cierto que los consumidores ahora tienen más dinero en su bolsillo y lo pueden gastar en otros sectores de la economía. Por lo tanto, se reasignará el empleo e irá a sectores donde es más productivo y donde hay mayores salarios y, por ende, hay mayor bienestar para todos. Por lo tanto, basta de la mentira proteccionista, porque en el fondo no es ni más ni menos que un curro entre los políticos y los empresarios prebendarios”.
Luego de esta declaración, anticipó que avanzará en un tratado de libre comercio con EE.UU. (recibió un guiño de Donald Trump) y dejó abierta la posibilidad de salir del Mercosur.

La tensión entre los industriales y Milei se intensificó a fines de 2024, cuando ya empezaba a asomar el debate por la competitividad, en un contexto de abaratamiento del dólar y de mayor apertura comercial, más precisamente cuando el Gobierno bajó impuestos y facilitó las compras al exterior vía courier. La UIA envió entonces su mensaje: queremos competir, pero el Estado tiene que equilibrar la cancha. El reclamo fue tomado de mala gana por Milei, que faltó a la Conferencia Industrial. Pese a que el ministro de Economía, Luis Caputo, anticipó que la desregulación y la baja de impuestos son objetivos oficiales -primero está la desaceleración de la inflación y el equilibrio fiscal-, el funcionario también faltó a esa cita. La reconciliación llegó este año, con una visita a la entidad en la que coincidieron en la necesidad de que provincias y municipios bajen impuestos.
Economía trabaja en una reforma para simplificar impuestos, pero, sobre todo, para incentivar a aquellos distritos a bajar la carga fiscal. El adelanto lo dio Milei el sábado, en su discurso en el Congreso: la idea, dijo, es darle autonomía fiscal a las provincias en los impuestos que actualmente recauda Nación en su nombre, establecer un piso mínimo para esos gravámenes inferior al actual y que haya competencia entre ellas.
Las principales preocupaciones
“En todas las encuestas preguntamos por la principal preocupación de las empresas. Esto nos permite abordar con más de 800 respuestas lo que sería los temas que conciernen a las industrias. Vimos que la principal preocupación (más del 40%) es la suba de los costos de producción, que en la medición anterior era 25%. También el principal costo que aumentó fue el salarial, en un 41%. En octubre, la principal preocupación era la caída de la demanda de otras industrias, que aquí fue del 21%”, contó Dragún ante la consulta de este medio.
“Analizamos qué estaba ocurriendo con la competencia desleal, que era algo que se comentaba. Vimos que un 63% dijo que había sido afectado por importación a precios de dumping, pero más nos llamó la atención el 33% que afirmó tener problemas con el contrabando y luego dimos un espacio abierto donde lo principal que destacaron las empresas es que lo importado era mucho más barato por los altos costos en el país y la carga impositiva. Es el reflejo de la opinión de los que contestaron la encuesta”, agregó el economista.
Sobre las perspectivas del empleo, Dragún dijo: “Este mes, que es complicado por la estacionalidad de enero, se dio vuelta y puede preocupar de cara a futuro, aunque no con la fuerza que vimos en los primeros relevamientos de 2024. Si uno une todas las variables, es dable suponer que a nivel de empresas, ese crecimiento de la economía pueda no verse replicado en producción y empleo”.
La encuesta dejó además otros datos. Los sectores más afectados en sus ventas fueron confecciones, cuero y calzado; textil; edición e impresión y químicos. El único que, dice la UIA, se salvó es el automotor. También las pymes tuvieron caída de producción (44,3%). La baja registrada de las exportaciones industriales fue de 31%. Las empresas con atrasos en sus pagos (41,6%) mostró una leve desmejora, pero se mantuvo en el segundo valor más bajo desde octubre de 2023. Las mayores dificultades fueron en pagos de impuestos (27,6%).
“Respecto de octubre, disminuyeron levemente las empresas que piensan que es buen momento para invertir en capital de trabajo y bienes de uso (48,3% y 52,4%, respectivamente)”, estimó el relevamiento de la UIA.
“Los principales factores que las empresas señalan como perjudiciales son los altos costos en comparación con otros países, lo que favorece la venta de productos importados a precios muchos más bajos; la elevada carga impositiva en la Argentina; la informalidad, tanto laboral como comercial (venta sin facturación), y la comercialización de productos de menor calidad en el mercado”, cerró.
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