Empresas en busca de innovación: la plataforma de blockchain capaz de brindar equipos de I+D y de clase mundial
Trampoline Network se llama la plataforma argentina que conecta a investigadores de todo el mundo con quienes buscan innovación y soluciones desde los sectores público y privado. Una iniciativa que no para de sumar respaldo institucional y financiero de primer nivel. Innovación abierta a medida
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El “Mercado Libre” de la innovación, el conocimiento y la propiedad intelectual: así es como podría describirse Trampoline Network, la plataforma argentina (única en su tipo en todo el mundo) que conecta la investigación de estudiantes de grado y posgrado y grupos de investigación con empresas y pymes a la búsqueda de soluciones para sus problemas.

La meta de Trampoline es acelerar los procesos de vinculación y transferencia tecnológica tanto local como internacional, integrando tecnología blockchain para garantizar trazabilidad, seguridad y confianza.
Los pronósticos, por lo pronto, resultan auspiciosos: el universo potencial de estudiantes e investigadores iberoamericanos a los que la plataforma puede acceder alcanza los cinco millones. “Estamos hablando de cinco millones de personas pensando en solucionar los problemas de las empresas por fuera de esas organizaciones”, subraya el fundador y CEO de Trampoline Ginés Perea.
“Los os entre investigadores y empresas ya vienen teniendo lugar desde hace tiempo, pero por lo general se dan de un modo informal, ‘linkeándose’ de uno en uno con alguna universidad cercana”, explica el ejecutivo. Y añade: “Lo que diferencia a esta plataforma es que facilita la comunicación entre las partes, además de que clasifica y ordena toda la data respecto de las investigaciones que se están llevando adelante en las universidades, incluyendo información que las propias casas de estudios no tienen en su red”.
Pero la propuesta va más allá, porque empresas e investigadores tienen allí la posibilidad de conectarse e iniciar conversaciones y negociaciones que quedan trazadas en la plataforma, con lo cual todo el proceso resulta seguro tanto para la parte creadora de la idea como para la compradora, que muchas veces requieren confidencialidad. En otras palabras: se trata de “innovación abierta a medida”.

La plataforma –que cobra a universidades y empresas una comisión muy baja y “solo en caso de éxito”– propone un modelo más ágil, dinámico y accesible incluso que el de las incubadoras, ya que no requiere de burocracias, patentes y estudios de abogados. “El Messi de la innovación, que podría estar en cualquier parte del mundo, –se pregunta Perea– ¿qué autopista tiene hoy para tokenizar una idea y tratar de transferirla?”.
La historia detrás del proyecto
Ya de chico, a Perea se le ocurrían ideas que intentó patentar: una de ellas fue una luz de diseño gradual para evitar los choques en cadena de los autos. “La burocracia y la búsqueda de inversores se volvieron obstáculos infranqueables. Y así todos esos proyectos terminaron olvidados en cajones”.
“De ahí surge Trampoline. La meta es que los estudiantes universitarios, investigadores y profesionales que tienen ideas, pero tal vez no tienen canales, encuentren un camino efectivo para comercializar sus creaciones intelectuales”, relata el fundador del proyecto.
Trampoline en hitos
Fue en 2024 que Trampoline desarrolló e implementó la plataforma que, basada en tecnología blockchain, permite tokenizar ideas y activos intangibles, proteger la propiedad intelectual y modernizar la forma en la que se activan soluciones desde el conocimiento.
Por lo pronto, la empresa firmó ya un Memorando de Entendimiento con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y forma parte además de LacNet del BID y de AmCham, lo que consolida su proyección regional e internacional.
Otro dato que evidencia la confianza que genera el modelo es que Trampoline recibió inversión de ángeles inversores, así como un crédito público-privado en España.
Hablemos de logros
Trampoline tiene hoy convenios con más de 60 universidades de Iberoamérica y Europa, incluyendo la Universidad de Buenos Aires, el CONICET, el ITBA, la Universidad de San Andrés, la UNAM de México, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Fundación Scholas Occurrentes, creada por el Papa Francisco.
Las universidades que integran la plataforma pueden registrar investigaciones académicas, dividir sus derechos, transferirlos y comercializarlos mediante smart contracts, facilitando así su circulación global. En esa línea, Trampoline trabaja junto a instituciones y centros académicos ofreciendo servicios que van desde la vinculación tecnológica hasta el licenciamiento de patentes y desarrollos I+D.
Conocimiento y sector productivo: el encuentro
Más de 30 conversaciones activas existen hoy en la plataforma entre innovadores y compañías de lo más diversas y de distintos tamaños. Y más de 400 perfiles científicos y técnicos ya se conectaron con actores públicos y privados a través de la red, tokenizando sus desarrollos.
La empresa tecnológica española GMV lanzó a través de Trampoline un reto de innovación que alcanzó ya a más de 120 universidades y equipos del mundo que trabajan activamente en su resolución. También la startup Epiliquid, incubada dentro de la Universidad Nacional de Cuyo, consiguió una inversión de un fondo (confidencial) a través de la red.
El municipio de Gualeguaychú desarrolló un estudio de calidad de aire junto a un equipo de Tucumán: ambos fueron conectados por Trampoline. Y Banco Galicia está lanzando junto a la plataforma un servicio pionero: la tokenización de tesis universitarias para clientes como un modo de visibilizar conocimiento con valor de mercado y, a quienes no tienen cuenta, ofrecerles la posibilidad de comenzar el vínculo con la apertura de cuenta y la tokenización bonificada.
Por último, YPF está lanzando el primer challenge de innovación abierta, propiedad intelectual y blockchain, el que Trampoline convocará a los más de 5 millones de individuos de su red para proponer soluciones a las problemáticas más urgentes, como temas de agua y energías renovables, entre otros.
Una comunidad en movimiento
En el board del proyecto colaboran referentes de la talla de Lino Barañao, María Fernanda Hurtado de Global Intellectual Property Association, así como representantes de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Perea enfatiza en el altísimo nivel y compromiso humano que todo el equipo pone en juego para acompañar los procesos de vinculación. “Trampoline –concluye– no es solo una plataforma: es una comunidad en movimiento que está cambiando el modo en el que el conocimiento se transforma en soluciones, oportunidades e impacto real”.
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