
Herman Cornejo: "Un premio es como tomar vitaminas"
El bailarín puntano, recientemente premiado con el Benois de la Danse, cuenta lo que significa el galardón para su carrera
Aunque a simple vista no tengan mucho en común, Herman Cornejo asegura identificarse con Leonardo DiCaprio. Es que el bailarín puntano acaba de recibir el Premio Benois de la Danse 2014, tan importante en su especialidad como para ser comparado con el Oscar en la del cine, y eso puede acercarlo metafóricamente a una estrella de Hollywood. Aunque Cornejo no lo sepa, DiCaprio no tiene un Oscar en su haber y, sin embargo, la precocidad de ambos es un punto de o.
A los 16 años, Cornejo ya había recibido la medalla de oro del Concurso Internacional de Danza de Moscú, convirtiéndose en el ganador más joven del certamen. El rubio actor norteamericano debutaría en la pantalla grande recién a los 17.
Tras haber recibido el máximo galardón mundial de la danza el martes -premio que también ganó Julio Bocca en 1992- el bailarín, formado en la escuela del Teatro Colón, conversó con LA NACION y contó cómo vive el reconocimiento y cuánto espera su próxima presentación en Buenos Aires, programada para agosto.
-Siendo ya primer bailarín de una de las principales compañías del mundo como es el American Ballet Theatre (ABT), ¿qué significado tiene este premio en tu carrera? ¿Esperabas recibirlo o te sorprendió?
-Su importancia es tal que es considerado en el mundo de la danza como el Oscar lo es en el cine. Es un reconocimiento enorme. Si bien un artista no hace su trabajo enfocado en los premios, cuando se los recibe es una alegría, un honor y sobre todo un reconocimiento a lo que uno hace en el estudio todos los días. Fue una sorpresa también y por eso no pude estar presente en la entrega de premios. No me gusta enfocarme en ese tipo de competencia. El hecho de estar nominado con otros grandes artistas es como que te lleva a una competitividad que, para mí, en el arte no existe.
-¿A dónde pensás que puede catapultarte recibirlo?
-Yo creo que lo que hace el premio es hacer conocer a un público mucho más amplio lo que he hecho durante estos años. Al no tener la oportunidad de presentar mi arte alrededor del mundo [por su trabajo como primer bailarín en el ABT], y al estar nominado junto a otros grandes de la danza mundial, este premio colabora con la difusión de mi tarea.
-¿Cómo sigue tu carrera? ¿Cambia algo en tu trabajo diario?
- No cambia nada. Lo que sí te puedo decir es que una brisa que sirve para renovar energías. Uno se siente realizado en el trabajo que ha hecho. Es como tomar vitaminas: dan ganas de seguir delante, de perfeccionarse. De todas formas, para mí el gran premio es el público de cada espectáculo en el que participo.
—¿Cómo se vivió la presencia argentina en esta edición del premio, en la que Lidia Segni formó parte del jurado y hubo otros tres nominaciones: para Mauricio Wainrot como coreógrafo y para Nadia Muzyca y Juan Pablo Ledo en la categoría de primeros bailarines?
—Los argentinos siempre y desde hace muchos años hemos ocupado los puestos más altos en diversas compañías del mundo. Me alegra que este año algunos que no están fuera del país hayan participado de este evento porque también son excelentes. Como artistas, los argentinos estamos entre los mejores del mundo; y en esta edición, haber tenido tanta representación es un impulso para los argentinos que siguen trabajando en el país.
—¿Qué expectativa tenés con respecto a tu presentación de agosto en el Teatro Coliseo?
—Tiene un sabor exquisito el público argentino. No puedo esperar a que llegue ese momento. Tengo recuerdos increíbles de los tiempos en la compañía de Julio [Cornejo formó parte por cinco temporadas, del Ballet Argentino de Julio Bocca] que fue cuando tuve la oportunidad de presentarme más veces en Buenos Aires. Siempre estar allí es como volver a casa. Estoy más que feliz por la invitación. Es el público que me vio crecer. Ahora mismo siento el regreso a Buenos Aires como el highlight del año, lo que más estoy esperando.
—Al Premio Benois se lo conoce como el Oscar de la danza. Haciendo un paralelo entre vos y algún actor de Hollywood, ¿con quién te identificarías?
—Es difícil esa pregunta. Aunque no me siento identificado con él como persona, valoro mucho las interpretaciones de Leonardo Di Caprio porque en cada película se transforma, cambia su forma de hablar y su aspecto. Eso es a lo que aspiro en el ballet. Cambiar y transformarme de rol a rol. Acá se hace difícil, porque con el ABT cada semana cambiamos de obra, pero lo que me ilusiona y me emociona de este trabajo es cambiar de roles.
— ¿Vas a extrañar a Paloma Herrera? [La bailarina del ABT anunció su retiro para el año próximo]
—Sin dudas la voy a extrañar. Ella es un ícono de la danza, no sólo para el argentino sino para el bailarín en sí. Hemos compartido más de quince años en el ABT. También se respeta muchísimo la decisión que tomó porque está en el top de su carrera y no muchos bailarines tienen la fortaleza de retirarse en ese momento. Paloma decidió: "Me siento bien y me quiero retirar en lo más alto".
—¿Tenés idea de a qué edad te gustaría dejar de bailar?
—Ese tema siempre ronda la cabeza de un bailarín, porque es una carrera corta y no se puede planear mucho. Depende de la fortaleza del cuerpo y la recuperación de las lesiones. Muchos planes no se pueden hacer, pero obviamente sí hay un límite que son los 40 años, donde nosotros decimos que se está "pisando la línea". En mi caso, la decisión vendrá con el tiempo. Física y mentalmente siento que me quedan muchos años.
— ¿Hay alguna pieza que tengas pendiente bailar?
—Hay dos obras que son íconos de la danza como Manon y Onegin, ambas con coreografía de Kenneth MacMillan, en las que todavía no he hecho el rol principal porque no se han dado las circunstancias. Hay momentos en la vida de un bailarín en los que hay que esperar por una cuestión de edad, pero creo que ya están por venir.
—¿Te gustaría repetir la experiencia que viviste en San Petersburgo presentando Tango y yo [sobre Fuga y misterio, de Astor Piazzolla] o alguna otra coreografía propia?
—Tango y yo fue muy especial porque la creé para bailarla yo mismo. Es una pieza en la que interpreto lo que realmente siento y fue una forma de representar a la Argentina en el mundo. El tango uno lo lleva adentro y es inevitable no hacer una coreografía con tango.
Agosto de danza en Buenos Aires
El 22 y 23 de agosto próximos, el teatro Coliseo será la sede de la IV Gala de Ballet de Buenos Aires, que contará con la presencia de Herman Cornejo cerrando el evento con el clásico pas de deux de Don Quijote. En este evento de nivel internacional se presentarán, además, el también ganador del Premio Benois de la Danse 2009, Joaquín de Luz, del New York City Ballet; Lauren Lovette, de la misma compañía; la estrella rusa que brilla hoy en el San Francisco Ballet (Maria Kochetkova); los argentinos Carolina Agüero y Darío Franconi, primeros bailarines en el Hamburg Ballet; Jason Reilly y Alicia Amatriain, del Stuttgart Ballet; y la bailarina del Teatro Colón Karina Olmedo. Más detalles en www.galadeballet.com.ar.
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