Andie MacDowell se sinceró sobre su salud: contó que padece síndrome piriforme y reveló sus temores
La estrella de Hollywood explicó qué partes de su cuerpo afectó su enfermedad y explicó cómo superó los fuertes dolores
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LA NACION
Andie MacDowell, una de las estrellas de Hollywood que conquistó el corazón del público en los 90 con películas como Cuatro bodas y un funeral, habló de su salud, reveló que padece síndrome piriforme y confesó sus temores. “Pensé que iba a tener que hacerme un reemplazo de cadera”, contó.
La actriz de 66 años se sentó en el living de The Drew Barrymore Show junto a su colega y no dudó en compartir el duro diagnóstico que recibió hace un tiempo. También explicó cómo logró controlar los dolores con actividad física y sesiones diarias de rehabilitación. “Es un milagro”, aseguró.
“Tengo síndrome piriforme, un músculo que presiona mi nervio ciático y que se estaba moviendo hacia mi pierna”, arrancó MacDowell su relato. El músculo al que la artista hace mención está localizado en los glúteos. Cuando comprime el ciático genera gran dolor y espasmos que en ocasiones pueden llegar a extenderse hacia las piernas y llegar al pie. “Pensé que tendría que hacerme un reemplazo de cadera. Gracias a Dios, mis caderas están bien”, continuó.
Amante de los deportes, MacDowell pensó que sus sesiones de bicicleta física, intensificadas, podrían ayudarla con los dolores, y comenzó a pedalear “como una loca”, lo que empeoró su dolor. “No es apropiado para mi cuerpo y terminé con problemas en las rodillas y la cadera”, continuó. “Pensé que me estaba desmoronando”.
La protagonista de El día de la marmota encontró la solución definitiva con entrenamiento personal y sesiones diarias de rehabilitación. “Tengo que trabajar mi pequeño trasero y mis caderas. Simplemente lo hago todos los días”, dijo, y aseguró que con esa técnica ya no siente dolor. “Es un milagro, realmente lo es”, exclamó. También se permitió bromear con su cuerpo y el paso del tiempo: “Mis rodillas están bien, salvo por el envejecimiento. Han envejecido”, agregó.
Una acérrima defensora del paso del tiempo
Por lo general, las estrellas de Hollywood suelen luchar contra el paso del tiempo: la industria del entretenimiento suele tener un lugar privilegiado para quienes encajan en los cánones de belleza que ese mismo mundo establece como las correctas. Hace un tiempo, y luego de pasar la barrera de los 60, Andie MacDowell contó que se cansó de intentar parecer joven todo el tiempo, y se convirtió en una acérrima defensora de encarar la vejez con naturalidad.
A principios del 2023, en una entrevista con la periodista Katie Couric, la modelo e intérprete habló de su presente personal y profesional y reveló cómo se vincula con ciertas críticas respecto de sus canas, las que decidió mantener sin tintura y lucir orgullosa desde la pandemia. “Quiero ser vieja. Estoy cansada de tratar de ser joven. No quiero ser joven. He sido joven. Ser una persona mayor tratando de ser joven es mucho esfuerzo”, opinó.
Lejos de intentar encajar en un mundo tan exigente y siguiendo los consejos de sus médicos de buscar una vida más tranquila, la actriz decidió jubilarse y cambiar su casa en Hollywood y se mudó a una pequeña ciudad de Carolina del Sur. “Estoy más feliz ahora de lo que he estado en mucho tiempo”, aseguró. “Me mudé a Carolina del Sur y realmente me estoy cuidando bien. Me llevó una eternidad”, continuó.
MacDowell mencionó a sus hijos y al síndrome del nido vacío como otro de los factores que impulsaron el cambio. La actriz comparte tres hijos con su exmarido Paul Qualley: Margaret Qualley -hoy en la cima de Hollywood gracias a su trabajo en La Sustancia-, Rainey Qualley y Justin Qualley.
“Una vez que mis hijos se fueron, sentí un gran vacío en mi vida, porque eran muy importantes para mí”, confesó la artista, y contó que el cambio de vida fue un gran acierto. “Vivo en una comunidad que tiene mucha gente de mi edad”, explicó, algo que la ayudó a la hora de hacer amigos. “Estoy pasando el mejor momento de mi vida”, completó.
MacDowell fue uno de los rostros favoritos de la década del 90 y triunfó como modelo siendo la imagen de marcas como Calvin Klein y L’Oreál. Más tarde, se alejó de los flashes de Hollywood para criar a sus hijos en un rancho en Montana, Estados Unidos, en total anonimato.
En 2021, regresó a la actuación con su participación en Las cosas por limpiar, la serie que fue éxito en Netflix y que no sólo le permitió volver a jugar en las grandes ligas sino trabajar por primera vez junto a su hija Margaret Qualley, la protagonista de la historia. Hoy, es feliz lejos de los flashes.
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