
Falleció Gius, autor de varios éxitos televisivos
El celebrado guionista tenía 72 años
"Se fue un amigo entrañable. Un hombre manso, apacible, buen compañero, preocupado siempre por sus colegas. Le brindo mi homenaje." Las palabras de Antonio Carrizo a LA NACION sintetizan el pesar que en el mundo del espectáculo provocó en la víspera la muerte, a los 72 años, del autor y libretista Augusto Giustozzi (para todos, Gius), cuyo sello humorístico estuvo siempre detrás de algunos de los más exitosos programas televisivos de las últimas tres décadas.
Fue precisamente Carrizo quien, casi por azar, dio comienzo a la prolífica carrera en TV de quien se había iniciado como autor y dibujante de caricaturas en la recordada revista Rico Tipo. "En 1962 -recuerda el locutor- yo estaba charlando en un café con Gius para agradecerle una nota que me hizo en Avivato y Jorge Vaillant, directivo de Canal 13, me pidió referencias de algún libretista para un programa de tango. Le dije que tenía a la persona indicada. Gius y yo salimos caminando del café y me dijo que de tango entendía poco y nada. A partir de allí se instaló en la biblioteca del diario La Prensa y comenzó a preparar "Yo soy porteño", un éxito fenomenal."
Programa símbolo de la década del 60, "Yo soy porteño" le abrió las puertas de la TV al novel autor, nacido el 18 de julio de 1927, que ya había sido persuadido por Guillermo Divito, el director de Rico Tipo, para que dejara el dibujo y se dedicara sólo a escribir.
"Era un programa en el que los cantantes actuaban y los actores cantaban", recuerda Carrizo de "Yo soy porteño", con el que Gius cambió la tendencia de todo lo que se había escrito hasta allí sobre tango en TV y perduró por varias temporadas con el talentoso David Stivel detrás de las cámaras y un elenco en el que se destacaban Pepe Soriano, Marilina Ross, Jorge Sobral y Beba Bidart, entre muchos otros.
En vez de las clásicas glosas, de las percantas y de los guapos apoyados en un farol, aquí todo tenía un tono general de broma y, sobre todo, de sátira, género en el que desplegó lo mejor de su talento.
Tono burlón y picaresco
A partir de allí, el nombre de Gius se identificó casi siempre con la comedia y con personajes inequívocamente porteños retratados siempre en tono burlón y levemente picaresco, como los que por larguísimas temporadas desarrolló junto a Nino Fortuna Olazábal en "Teatro como en el teatro" y en las clásicas telecomedias de Darío Vittori.
Pero, también de la mano de Stivel, tuvo anteriormente ocasión de lucirse en temas más serios, como los que plasmó en algunos de los libros de "La noche de los grandes", otro ciclo muy recordado de los años 60, en el que se alternaba con autores como Carlos Somigliana, Ricardo Halac y Juan Carlos Gené.
En el cine, Gius fue convocado varias veces para escribir films que respondían al atípico género de películas ambientadas en hoteles alojamiento, en las que sus clásicos personajes satíricos y aporteñados se movían con mucha comodidad. Pero a la vez ganó reconocimiento con su trabajo, mucho más serio, junto a José Martínez Suárez, en los guiones de "La Mary", "Los chantas" y "Los muchachos de antes no usaban arsénico".
Indiscutido por su oficio y su talento para la comedia, Gius trabajó en los años 80 como coordinador autoral de dos de los grandes éxitos televisivos de la década: "Amigos son los amigos" y "Grande, pa". En ellos y en varios otros títulos menos perdurables dejó siempre su aporte en favor de un modelo de humor que apuntaba a entretener con propuestas amables, sin pretensiones y profundamente eficaces.
Los restos de Gius serán cremados hoy, a las 8.30, en el cementerio de Boulogne.
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