El miembro de la realeza que se disfrazó para engañar a los paparazzi mientras esquiaba en Suiza
Para evitar ser reconocido por los fotógrafos, en una ocasión se le ocurrió que podía pasar desapercibido con su idea
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Las celebrities y los royals desearían ser invisibles para los papparazzis, pero frente a este deseo frustrado, en ocasiones, recurren a insólitos recursos para pasar desapercibidos. Es lo que hizo el príncipe Carlos durante unas vacaciones de esquí en enero de 1980 en Klosters, Suiza, uno de los refugios de invierno favoritos de la familia real británica. Allí, el heredero de la corona intentó engañar a los fotógrafos y para ello utilizó un ridículo disfraz de anteojos deportivos, nariz gigante y bigote falso, además de la ropa de invierno, claro.
Lo peor del asunto no solo fue el insólito look del hijo de la reina Isabel II, sino que los papparazzis lo descubrieron enseguida y capturaron imágenes de él con semejante atuendo.
Unos días después, los fotógrafos le devolvieron la broma de una manera original: lucieron narices de mentira y sombreros rojos. Como una forma de apreciar el chiste y el esfuerzo, el príncipe Carlos posó en una imagen con Steve Wood del Daily Express, James Whitaker de The Sun, Ken Lennox del Daily Star y Arthur Edwards de The Sun.

Igualmente, no fue una originalidad de Carlos la de disfrazarse ya que es algo que muchos famosos también hacen para proteger su privacidad. En una ocasión, el gerente de una sala de cine le contó una vez al Daily Mail que los duques de Cambridge fueron de incógnito a la proyección de la película Tot Story 3 y que para eso hasta habían usado pelucas: “Si mal no recuerdo, la del príncipe William era morada”, recordó el hombre.
En otra ocasión, cuando vivían en Anglesey, también ocultaron sus identidades para salir a pasear. ¿Qué usaron? Gorras de béisbol, anteojos de sol y una camioneta blanca Ford Transit bien maltratada. Así lo contó un habitante del lugar que se topó con ellos.

De acuerdo con los informes, el príncipe Harry usaba cuentas de redes sociales bajo el pseudónimo Spike Wells y hasta el George, el hijo mayor de William, tuvo que dar un nombre falso alguna vez.
Y, según consignó el medio The Sun, George -que ahora tiene ocho años- estaba de visita en la casa de su abuela, Carole Middleton, con su hermana, la princesa Charlotte, cuando salieron a pasear y se cruzaron con una mujer que daba una vuelta con su perro.

A pesar de que los guardias le pidieron que no tomara ninguna foto de los pequeños, sí pudo conversar con George mientras el niño se acercó al animal para acariciarlo. En ese momento, la mujer la preguntó cuál era su nombre aunque ya lo sabía y agregó: “Para mi asombro dijo ‘me llamo Archie’, con una gran sonrisa en el rostro”.
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