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• Dejar crecer pasto o yuyos (manteniéndolos pequeños) aporta más verde a la base de las plantas y protege el sustrato del sol y la lluvia.
• Colocar elementos como plantas o piedras en las esquinas rompe los ángulos y le da al espacio un semblante más fluido y natural.
• Darles prioridad a las especies nativas es una forma de atraer vida: las pequeñas flores son una invitación a mariposas y colibríes.
• Al agrupar las macetas en islas se logró un efecto más verde y quedó el libre para poder asomarse a la baranda.
• Iluminar con leds de luz cálida o verde los grupos de plantas y complementar con sutiles fanales - e incluso fogones- arma un agradable clima nocturno y amplía la vista.
Texto: Bárbara Orlando.