
Cartas de lectores: Dedo en la llaga, médicos del Garrahan, intervención
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Dedo en la llaga
Relativo a los más que bochornosos episodios con teatro en los tribunales de San Isidro, creo que el editorial del jueves último pone el dedo en la llaga al recordar a la política su responsabilidad exclusiva en la designación de los magistrados judiciales. Dicho sucintamente: el problema de fondo no es jurídico ni judicial, sino político. Pero claro, muy difícilmente la calidad del designado pueda ser mejor que la del designador, y bien conocido es el penoso nivel de nuestra clase política.
En fin, el problema es grave.
Juan Carlos Sorondo
Médicos del Garrahan
Los médicos y residentes del prestigioso e imprescindible Hospital Garrahan ganan sueldos bajísimos y piden un reajuste más que justo. No se puede desoír un reclamo y hablar de motosierras o mandar a la gente a que se atienda con medicina privada. Se trata de niños cuyas vidas dependen de esos médicos. Basta ya de discursos de empresarios y economistas sobre los dólares del colchón.
La salud de un niño no sabe de dólares. Necesita médicos bien pagos.
Mariana Moavro
Intervención
El cambio de palabras del ministro Caputo y el actor Ricardo Darín por el precio de la docena de empanadas llama poderosamente mi atención. Si algo tan banal como la opinión de un ciudadano sobre ese tema, en una conversación en un programa de televisión, mueve al Gobierno a intervenir, ¿qué podemos pensar sobre la noticia de sacar los dólares no declarados y no esperar penalizaciones actuales o futuras?
La confianza en la palabra se debe demostrar con hechos y actitudes.
Marilyn Cornille
DNI 4.533.138
Desconectados
Señor presidente Javier Milei, le pido un favor: ¿por qué no conecta a los empleados públicos de todas las reparticiones, sean municipales, provinciales o nacionales, Policía Federal, provincial, aeroportuaria, Gendarmería, etcétera? Cuando los ciudadanos comunes les pedimos soluciones nos dicen que no es su rubro. Ya es hora de que se modernice la función de cualquier empleado público, en lugar de esquivar el problema, para que cada ciudadano busque o trate de buscar rápidamente la solución conectándose inmediatamente con otras reparticiones.
Arturo Diego Nottebohm
Patentes
La indignación ciudadana escala año tras año a medida que suben los montos en concepto de patente automotor en la provincia de Buenos Aires. Es tal la locura de lo que se paga que el bonaerense deambula entre el asombro, la consternación, el enojo y la irritación. A todo ello, otro dato desalentador. La contraprestación es prácticamente cero. Rutas en mal estado, asfalto desparejo, pozos por todos lados, banquinas inexistentes y luces y líneas demarcatorias que brillan por su ausencia. Francamente, no entiendo cómo no se le cae la cara de vergüenza al organismo recaudador, al establecer alícuotas gigantescas contra prestaciones nulas. En EE.UU., por ejemplo, los autos pagan una cuota anual de 25 dólares. En la Argentina, son casi 500 dólares cada cuota de mi vehículo. Un verdadero despropósito que enarbola un combo difícil de digerir.
Sebastián Perasso
DNI 21.173.759
Futuro del Luna Park
Sobre el debate actual de la propuesta de puesta en valor del histórico Luna Park me atreveré a dar mi opinión profesional. Difícil es negar el grado de obsolescencia en que se encuentra la construcción; a su vez, no se puede ignorar la particular necesidad de conservar su patrimonio histórico. Poner en valor el Luna Park es un tema resuelto en gran parte de Europa. En Londres, especialmente, muchos viejos y obsoletos edificios históricos se recuperaron manteniendo la imagen original de la fachada y reconstruyendo a nuevo el 100% de su interior. Esto se hace erigiendo una estructura metálica y transitoria de apeo sobre la fachada para mantenerla en pie. Posteriormente se demuele su interior y se diseña una nueva estructura que haga a la obra arquitectónica útil y funcional para tiempos modernos. Finalmente, se desarma la estructura de apeo provisoria y se restaura la fachada a su origen.
Mantener el patrimonio histórico es un necesario desafío, pero mantenerlo sin practicidad es convertirlo en múltiples e inútiles y decadentes museos urbanos.
Vicente Lema
Clarita Segura
Se llamaba Clarita Segura. Falleció en 1995, con apenas 17 años, y su memoria sigue viva en quienes la conocieron. Nació en Buenos Aires, en una familia numerosa y profundamente católica. Alegre, generosa, firme en sus convicciones, vivía su fe con naturalidad y entusiasmo: participaba en peregrinaciones, salía a bailar, cultivaba amistades y escribía diarios íntimos en los que hablaba con Dios con la ternura de quien ama sin reservas. Pocos días atrás se cumplieron 30 años de su fallecimiento, y su testimonio vuelve a conmover. Cuando una enfermedad súbita marcó sus últimos meses, la aceptó con una serenidad que solo se comprende desde la fe. Esa entrega silenciosa, sin queja, habla de una santidad cotidiana y posible. La suya fue una vida breve, sí, pero luminosa, como una llama intensa hasta el último instante. Su causa de canonización fue impulsada por el entonces arzobispo Jorge Mario Bergoglio. Clarita es hoy Sierva de Dios, y para muchos jóvenes es faro y modelo de una vida cristiana íntegra, vivida en lo ordinario con amor extraordinario.
Hace unos días compartimos un té con su madre, Clara Ordóñez de Segura, quien nos pidió: “Recen por mí, no quiero partir a la Pascua antes de verla santa”. Su súplica es también la de una Iglesia que, al mirar la vida de sus hijos, descubre caminos de plenitud y esperanza.
Invito a los lectores a conocer su historia y, sobre todo, a rezar. Si un día la Iglesia la eleva a los altares, tal vez podamos decir con gratitud: “Fuimos testigos de una santa”.
Juan T. Medi Cogo
DNI 44.940.031
En la Red Facebook
Reclamo de trabajadores del Hospital Garrahan
“¡Con la salud no se juega! El Garrahan, un hospital con todas las letras. Cada gobierno debe mantenerlo”- Pabla Cequeira
“Siempre hay ñoquis, dejaron minas a punto de explotar en todos lados y luego lloran, ¡hipócritas!”- Lidia Gehl
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