Melanoma: lo que aprendimos, lo que aún podemos cambiar
En el marco del Día Mundial del Melanoma, es fundamental reflexionar sobre qué sabemos acerca de esta patología, cuáles son los avances más recientes y, sobre todo, qué acciones cotidianas pueden marcar la diferencia en su prevención. En primer lugar, es importante tener en cuenta que el melanoma es el tipo más agresivo de cáncer de piel. Aunque representa una proporción menor del total de casos de cáncer cutáneo, es responsable de la mayoría de las muertes asociadas a esta enfermedad.
Avances que renuevan la esperanza
En los últimos años, la investigación médica ha dado pasos importantes en la lucha contra este tumor agresivo. Las llamadas terapias dirigidas, especialmente para pacientes con mutaciones específicas en los genes BRAF y MEK, han demostrado mejorar los resultados del tratamiento cuando se istran de forma combinada tras la cirugía, reduciendo además los efectos secundarios.
La innovación también llega a quienes enfrentan formas más avanzadas de la enfermedad. En 2024, la FDA aprobó lifileucel (Amtagvi), una terapia celular adoptiva pensada para personas con melanoma metastásico que no han respondido a otros tratamientos. Esta novedad se suma al desarrollo continuo de la inmunoterapia personalizada, que está transformando la expectativa de vida de muchos pacientes.
Por otro lado, la inteligencia artificial (IA) comienza a consolidarse como una herramienta poderosa para la detección temprana. Algunos algoritmos, según estudios recientes, han superado incluso a dermatólogos experimentados al analizar imágenes clínicas. Aunque no reemplazan el juicio profesional, estas tecnologías pueden ampliar el al diagnóstico, siempre y cuando se desarrollen con criterios inclusivos y representativos de todos los tipos de piel.
La prevención, siempre protagonista
A pesar de los avances en el diagnóstico y tratamiento, la prevención sigue siendo el pilar más poderoso frente al melanoma. Adoptar hábitos de cuidado diario puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Aplicar protector solar todos los días, con un FPS de al menos 30 -incluso en invierno o cuando el cielo está nublado- es una de las principales medidas de protección. También es importante usar ropa que cubra adecuadamente la piel, complementada con sombreros de ala ancha y anteojos con filtro UV.
Otra recomendación clave es evitar por completo el uso de camas solares, especialmente entre adolescentes y jóvenes, quienes son más vulnerables a sus efectos a largo plazo. Realizar autoexploraciones mensuales para identificar cambios en lunares o manchas también ayuda a detectar señales de alarma de forma temprana. Finalmente, consultar al dermatólogo de manera periódica es fundamental, sobre todo en personas con antecedentes familiares de melanoma u otros factores de riesgo.
Según la Skin Cancer Foundation, el uso constante y correcto del protector solar puede reducir hasta un 50% el riesgo de melanoma. Sin embargo, muchas personas aún lo asocian únicamente al verano o a contextos de playa. Es momento de entender que el cuidado de la piel es una práctica cotidiana, no estacional.
Detección temprana: una oportunidad concreta
En campañas comunitarias realizadas en los Estados Unidos durante 2024, más de 2.400 personas accedieron a controles gratuitos. Como resultado, se detectaron más de mil lesiones sospechosas y 86 melanomas. Diagnósticos tempranos como esos pueden marcar un antes y un después en la vida de una persona.
El melanoma se puede prevenir, se puede detectar y se puede tratar. No se trata de una amenaza inevitable, pero sí de una enfermedad que exige atención activa. Informarse, proteger la piel y promover hábitos saludables puede salvar vidas. Este 23 de mayo es mucho más que una fecha: es una invitación a cuidarnos mejor, todos los días del año.
Desde el ámbito médico, tenemos la responsabilidad de seguir generando conciencia, facilitando el a los controles y promoviendo el autocuidado. Y como sociedad, también podemos aportar: enseñando, acompañando y eligiendo cada día decisiones más responsables frente al sol. Porque cuando se trata de salud, cada acción cuenta.
Médica dermatóloga especialista en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs