Dos enviados de Milei hablaron del “milagro argentino” en una cumbre ultraderechista convocada por el húngaro Orbán
El secretario de Culto, Nahuel Sotelo, y el ideólogo Agustín Laje asistieron a la AC en Budapest, donde hablaron contra el “wokismo”, elogiaron al Presidente y denunciaron la “decadencia de Europa”
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Dos enviados de Javier Milei disertaron entre el jueves y el viernes ante la plana mayor de la ultraderecha internacional en una cumbre convocada por el premier húngaro, Viktor Orbán. Presentaron al presidente argentino como el nuevo “faro de Occidente”, hablaron de la “decadencia de Europa” y reivindicaron el lema “Dios, patria y familia” como bandera del gobierno libertario.
El ideólogo Agustín Laje, que preside de la usina de financiamiento oficialista Fundación Faro, y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, tuvieron su espacio dentro de una convención a la que asistieron referentes como el holandés Geert Wilders, la alemana Alice Weidel (AfD), el español Santiago Abascal (VOX) y el anfitrión. Donald Trump envió un mensaje grabado.
“Europa ha arruinado mis sueños. Como miles de argentinos, yo soñaba desde niño con conocer esta tierra. Lamentablemente la Europa con la que soñábamos ya no existe; ha caído. Y al ritmo que cae Europa mis hijos nunca llegarán a conocer ese continente que antes de llamarse como ahora era conocido como Christianitas”, dijo Sotelo al iniciar su alocución.
Se hizo eco del discurso de Orbán, decano de la ultraderecha internacional, que en la apertura del congreso denunció un plan de “reemplazo organizado de la población” europea a manos de los inmigrantes: “Nos están robando nuestras ciudades”.
Sotelo opinó que está en marcha un “milagro argentino”. Afirmó: “Mientras nosotros libramos una batalla por las ideas de la libertad veo que en Europa las ideas contrarias a la civilización avanzan”.
En su descripción de cómo triunfan las posturas del Presidente, Sotelo (de 30 años) usó un relato que los asistentes no tenían como verificar: “Argentina es un país donde nació el Che Guevara. Hace tres años si uno iba a una universidad o a un colegio secundario se encontraba con una gorrita del Che, con frases de él; sin embargo, hoy vas a un colegio secundario o a una universidad y es más fácil ver un león, la peluca o directamente la inscripción Milei 2027. Y ese es el triunfo de la batalla cultural”.
Laje, que se presentó como influencer, también expuso su ideario antiwoke, envalentonado por la reunión que le concedió Orbán con parte de su gabinete.

Ante el auditorio, describió su tesis sobre la dinámica “opresor-oprimido” con la que la izquierda impuso un cóctel ideológico para dominar a la sociedad. “El Estado ya no es más la organización que monopoliza el uso de la fuerza sino el garante de los oprimidos. El globalismo acostumbra así a destruir la democracia porque su lógica es la contraria a la democracia, porque gobiernan las minorías y no las mayorías”.
Presentó a Milei como “el azote del wokismo en el mundo entero”. Y contó una decisión fundacional del gobierno libertario: “Por ejemplo, el feminismo. Milei cerró desde el día uno la basura inmunda y pestilente llamada Ministerio de la Mujer, Géneros y Diversidad. Una recua de pervertidos sexuales, mujeres que militan el feminazidio, aboristas que quieren masacrar a los niños por nacer y otros militantes neocomunistas“.
Reivindicó el discurso de Milei ante el Foro de Davos, que desató una movilización en toda la Argentina por sus posturas contra la diversidad sexual. Según Laje (inspirador de aquella pieza), lo que hizo el Presidente fue “desnudar la ideología de género”.
Además, resumió los cambios en la legislación inmigratoria que dispuso el Gobierno por decreto: “No aceptamos más que extranjeros vengan a nuestro país con prontuarios penales. No usarán más gratuitamente nuestro sistema de salud gratuitamente”.

Convertido en un vocero informal del líder libertario, insistió: “Milei ha reivindicado la religión. Dios, patria y familia es una de sus insignias. Ha combatido la mentira climática, la locura del ambientalismo radical denunciando cómo se apalanca en impulsar un invierno demográfico en Occidente. El wokismo es la enfermedad infantil del totalitarismo posmoderno. Es una afrente a la libertad, la familia y la patria. En Argentina lo estamos venciendo”.
Contra los indígenas
Eso fue el jueves. Sotelo habló un día después, antes de un que le tocó moderar con la senadora colombiana María Fernanda Cabal, el senador paraguayo Gustavo Leite y Vajk Farkas, director de la oficina en Madrid del Centro para los Derechos Fundamentales.
Se presentó como el funcionario más joven del gobierno de Milei y explicó que la dependencia de Cancillería a su cargo tiene como misión “combatir la Agenda 2030 y los delirios que a veces se presentan en las Naciones Unidas y otros organismos internacionales”.
Se aseguró el aplauso de la tribuna con una metáfora antiinmigración. “No me meto en la política soberana de los países, pero la responsabilidad está adentro. Por ejemplo, si alguien me invita a su casa y yo rompo todos los muebles, el problema no soy yo. Es de quién me invitó y no reacciona. Y si además justifica mis actos la responsabilidad es de él”.
Antepuso “la decadencia de Europa”, con el resurgir mileísta. “Yo sé lo que es vivir en las ideas contrarias a los valores de la Patria. Ahora vivimos el milagro argentino”.
Antes de terminar habló de una resolución de la ONU que le tocó rechazar, vinculada a los derechos de los pueblos indígenas.
“Ahí se establece que deben respetarse la autodeterminación territorial de los pueblos y que en materia de salud se debe respetar sus tradiciones ancestrales. No sé si lo saben, pero a mí me ha tocado vivir en una provincia donde hay presencia de pueblos originarios. ¿Saben cuáles eran esas tradiciones ancestrales? Que los caciques inicien sexualmente a las niñas a los 9 años“, dijo.
Al igual que Laje, insistió en que Milei “ha representado la defensa firme de los tres pilares de Occidente: dios, patria y familia”. Es un eslogan que despierta polémica entre los liberales en Europa, ya que fue muy usado en los años 20 y 30 del siglo pasado por Benito Mussolini y el fascismo italiano. La ultraderecha europea lo ha vuelto a poner en vigor.
A los dos enviados de Milei los acompañó el abogado francoargentino Santiago Muzio, vinculado a VOX y al movimiento de la familia Le Pen y que el Gobierno designó como director de la Casa Argentina en París.

Laje no se privó, ya fuera del escenario, de aludir a los medios de prensa tradicionales, a los que les augura la desaparición, en línea con su jefe político. Dijo ante una periodista española: “En Argentina, que es una sociedad más joven en términos etarios, la gente hoy se informa a través de redes sociales. Ha aprendido que los medios de comunicación están prácticamente todos ellos subsidiados por el Estado y como son dependientes de la casta política no te van a informar, te van a adoctrinar para cumplir con la agenda de sus jefes. Los jóvenes en Argentina han aprendido que las redes sociales son un medio para encontrar la verdad".

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