Elecciones en la ciudad: de la mano de Manuel Adorni, Javier Milei doblegó a Mauricio Macri en su bastión y llevó a Pro a la peor elección de su historia
Con el 99,8% de las votos escrutados, el candidato libertario superó los 30 puntos, seguido del postulante del peronismo, con 27,3%, y lejos de Lospennato, que sumó 15,9%; los comicios estuvieron atravesados por las acusaciones entre el Presidente y el líder de Pro
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Manuel Adorni se impuso en las elecciones legislativas porteñas: el postulante de La Libertad Avanza sumó 30,1 puntos con el 99,2% de las mesas escrutadas. El candidato del presidente Javier Milei no sólo obtuvo en el bastión histórico de Pro una sólida diferencia de 14 puntos sobre Silvia Lospennato, la postulante de Mauricio Macri: también le arrebató a Leandro Santoro (27,3 puntos), la posibilidad de aprovechar la división de sus rivales para que el peronismo vuelva al triunfo en la ciudad luego de 32 años.
Pro padeció este domingo la peor elección de su historia en territorio porteño: cayó por debajo de los 19 puntos que cosechó en 2011, cuando la lista de diputados encabezada por Federico Pinedo enfrentó, sin candidato presidencial, al Frente para la Victoria, que logró 29 puntos, impulsado por el 54% de los votos de Cristina Kirchner.
Quien logró meter una cuña en la pelea principal fue Horacio Rodríguez Larreta, que cosechó ocho puntos. De acuerdo a los cálculos iniciales, La Libertad Avanza se quedaría con 11 de las 30 bancas de legisladores en juego, seguida por la boleta de Santoro, con 10; la lista de Pro, con cinco. Cerraron la cuenta Rodríguez Larreta, con tres, y el Frente de Izquierda-Unidad, encabezado por Vanina Biasi, con una.
Pese a la multiplicidad de frentes electorales (17), el sistema de voto electrónico permitió un ágil recuento. A las 19.15, Lospennato y Jorge Macri reconocieron la derrota. “Recibimos los resultados y no son los esperados”, dijo la diputada nacional. El jefe de gobierno porteño felicitó a Adorni y a Santoro, y planteó su voluntad de lograr acuerdos en la Legislatura, donde Pro será la tercera minoría. Mauricio Macri, parado junto a la candidata y su primo en el escenario del bunker de Pro, se fue sin hacer declaraciones.
A las 20.20, Javier Milei salió a reclamar su presa. “Hoy se pintó de violeta el bastión amarillo. Y, a partir de ahora, a pintar de violeta todo el país”, celebró, eufórico, desde el escenario montando en el bunker del Hotel Libertador. “Esto no hubiera sido posible si no fuera por esos gigantes que constituyen el ‘triángulo de hierro’: Santiago Caputo y, como no podía ser de otra manera, el gran arquitecto, ‘El Jefe’, Karina Milei”, resaltó, para dejar atrás los malos resultados que cosechó La Libertad Avanza en las provincias donde las estrategias de Caputo y Karina Milei colisionaron.
Por último, el Presidente destacó a quién “le puso” el cuerpo a la epopeya libertaria: “Con ustedes, el gran ganador de la noche, el gran Manuel Adorni”, gritó, para que el vocero presidencial subiera al escenario, con la banda sonora de Rocky. “Qué increíble, ¿no?“, arrancó Adorni, para agradecer a su familia, al gabinete, pero especialmente a los hermanos Milei.
El recuento de votos cerró una campaña signada por la confrontación entre el Presidente y Mauricio Macri, que se disparó con la caída de la ley de ficha limpia y se extendió hasta este domingo por un video falso promovido por cuentas libertarias. El tono virulento de la compulsa no atrajo a los votantes: la participación rondó el 53,3% del padrón de más de 2,5 millones de electores habilitados. Fue la asistencia más baja en la historia de las elecciones legislativas porteñas. El peor registro anterior se había dado en 2021: 62,7% en las PASO y 65,5% en las generales.
Pese al marcado ausentismo, lo que estuvo en juego hoy fue mucho más que la renovación de la mitad de la Legislatura local y la gobernabilidad de Jorge Macri: La Libertad Avanza logró derrotar con amplitud y en su bastión a Pro, al que a partir de este lunes intentará doblegar también en territorio bonaerense, con vistas a las elecciones de octubre. El kirchnerismo, por su parte, no pudo aprovechar la división del voto del centro a la derecha para obtener una victoria que no consigue en suelo porteño desde 1993.

Luego de que Jorge Macri impulsara el desdoblamiento de las elecciones locales, con el objetivo de evitar el arrastre de la ola violeta, la Casa Rosada utilizó todos los recursos a su alcance para nacionalizar los comicios: postuló a una de sus figuras más conocidas, el vocero presidencial Adorni, y lo presentó ante los porteños como un sinónimo de Milei y de la “motosierra” nacional.
En el tramo final de la campaña, el Gobierno pobló la semana de anuncios –que no se concretaron en el Boletín Oficial- para darle protagonismo a Adorni y el Presidente se involucró de lleno en la compulsa: si en un principio había circunscripto sus críticas al jefe de gobierno porteño y los “negocios” de Pro en la ciudad, hacia el final embistió directamente sobre el expresidente, su principal aliado desde el 10 de diciembre de 2023.

En espejo, Mauricio Macri hizo suya la campaña porteña para darle visibilidad a Lospennato y sostener en pie a Pro, que sufre el asedio de los libertarios por vía doble: buscan quedarse con su electorado y sus referentes bonaerenses. Lospennato logró protagonismo a partir de la caída de la ley de ficha limpia en el Senado y se montó sobre la sospecha de un acuerdo entre la Casa Rosada y el kirchnerismo para que Cristina Kirchner pueda ser candidata este año. Pro comprobó que sus votantes prefirieron respaldar a Milei y la estabilidad macroeconómica por sobre la prédica republicana.
La batalla entre Milei y Macri se extendió hasta este domingo, cuando el expresidente acusó al gobierno nacional de “fraude” por un video falso difundido anoche por cuentas libertarias, que lo mostraba respaldando a Adorni y anunciando que Lospennato se bajaba de la contienda. “Para sacar adelante al Gobierno no necesitamos un grupo de loquitos; necesitamos gente equilibrada, que use el esfuerzo de los argentinos para generar responsabilidad y confianza”, asestó Macri.
“Está hecho un llorón”, le respondió Milei, para afirmar luego que los macristas “son de cristal”. La ministra Patricia Bullrich respaldó a su jefe, atribuyéndole “poco carácter” a Macri. Como es habitual, quien tomó distancia fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. “Me parece que está mal que alguien haya utilizado, aparentemente, inteligencia artificial para hacer eso. Me parece que es algo que no corresponde”, dijo, aunque deslizó: “No lo hicieron cuentas oficiales”.
Todos los candidatos terminaron opinando sobre la polémica. El propio Adorni buscó encapsular el episodio como parte de las “pavadas” de la campaña. “Es gente en las redes que hace de todo, no hay que hacer tanto escándalo“, dijo hoy, luego de votar. En el extremo opuesto, Leandro Santoro afirmó: “Lo que pasó anoche no tiene antecedentes en la democracia. Me refiero a las fake news, me refiero a la trampa. Quiero expresar mi más enérgica condena. Se han vulnerado principios elementales de la democracia".

A diferencia de Milei y Macri, Cristina Kirchner evitó involucrarse en la campaña porteña de Santoro, que desarropó a su frente de la prédica, la estética y hasta los nombres del kirchnerismo y el PJ local. Con un discurso basado en la “crueldad” de las gestiones de LLA y Pro, Santoro, de origen radical, buscó un triunfo para posicionarse hacia 2027. No logró, sin embargo, romper con la inercia de las derrotas que el kirchnerismo experimentó este año en Santa Fe, Salta, Jujuy, Chaco y San Luis.
Fragmentación
Los porteños debieron optar entre 17 listas. Una oferta que se atomizó a niveles históricos por dos motivos principales. Por un lado, es la primera vez desde 2015 que no se aplicaron las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), que en la última década actuaron como un ordenador de las alianzas políticas y también como un filtro para que a las elecciones generales llegaran cuatro o cinco frentes como máximo.
A eso se suma la fragmentación de los viejos frentes. Juntos por el Cambio, que supo congregar al voto del centro a la derecha, se disgregó en sus tres socios principales: Pro, UCR y Coalición Cívica, sin contar desprendimientos del partido amarillo, como la lista de Rodríguez Larreta, y otras expresiones liberales.

Por su parte, Unión por la Patria se fracturó en tres boletas: las que lideran Santoro, Alejandro Kim y Juan Manuel Abal Medina, además de otras fórmulas progresistas. El voto de derecha, finalmente, fue reclamado por LLA de Adorni, la Ucedé de Ramiro Marra, la Unión Porteña Libertaria de Yamil Santoro y Nueva Generación, de Mila Zurbriggen.
En la pelea por alcanzar el podio, Rodríguez Larreta se anotó en estos comicios por fuera de Pro, donde militó durante 22 años, y con la ambición explicitada de recuperar la jefatura de gobierno. Marcó el tono inicial de la campaña al denunciar el “olor a pis” en la ciudad, pero su prédica se desdibujó cuando se nacionalizó la compulsa. Principal receptor de los votantes amarillos desencantados, su éxito quedó atado al fracaso de Pro, que desde el primer día buscó aislarlo.

Expulsado de LLA por Karina Milei, espacio que lo tuvo entre sus fundadores, Marra también intentó terciar en la pelea principal. Pero desde el vamos se vio limitado por su decisión de no confrontar contra Adorni. Se enfocó en una agenda local, contra los “fisuras” y “trapitos”. Este domingo logró el 2,6% de los votos.
Más corrido de la escena quedó el radicalismo porteño que lideran Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti, que de la mano del primero estuvo dos veces cerca de arrebatarle a Pro su bastión. Pero aquellos comicios de 2015 (quedó a tres puntos de Larreta en el balotaje) y de 2023 (a 1,5 puntos de Jorge Macri en la PASO) quedaron lejos: Evolución UCR apostó a una boleta juvenil, liderada por la exdirigente universitaria Lucille “Lula” Levy, que no pudo meterse en la disputa principal. Hoy sumaba el 2,3% de los votos.
El Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad (FIT-U), que solía fortalecerse luego de que las PASO filtraran la oferta trotskista y socialista en su favor, apostó por Vanina Biasi (PO) para defender uno de sus bastiones. Lo hizo igualando a Milei y Macri en sus críticas, pero sin lograr la incidencia en la discusión pública de otros años. Con el 3,1% de los votos, logró renovar una banca en la Legislatura.
La Coalición Cívica de Elisa Carrió quebró en estos comicios su tradición frentista y jugó en soledad, con la diputada nacional Paula Oliveto como estandarte y un discurso centrado en la necesidad del contralor legislativo y los valores republicanos. Oliveto sumó el 2,5% de los votos y no ingresó en la Legislatura.
Otros nueve frentes salieron a la caza del voto porteño, además de los peronistas Abal Medina (Justa, Libre y Soberana) y Kim (Principios y Valores), la izquierda sumó las candidaturas de Eva Koutsovitis (Confluencia) y Federico Winokur (Nuevo MAS). Solo Kim arañó los dos puntos.
Del centro a la derecha, se ofrecieron como alternativa Yamil Santoro (Unión Porteña Libertaria), Marcelo Pereta (Movimiento Plural), Mila Zurbriggen (El Movimiento), César Biondini (Patriota Federal) y Ricardo Caruso Lombardi (MID).

“Ojalá que venga mucha gente a votar. Me preocupa que se replique lo de otras provincias, donde hubo bajo nivel de participación, siendo que es una de las primeras elecciones realmente autónomas de la ciudad de Buenos Aires”, sostuvo Yamil Santoro luego de votar.
“Hubo muchos que rompieron todos los códigos. Me parece que hay tanta desesperación por el poder, en especial en tres partidos que manejan el país, que se confunden y confunden a la gente. Eso me dolió, no se respeta a los ciudadanos. Siguen las peleas, siguen los que dicen ‘yo lo hice, yo lo hice’, y los demás estamos todos equivocados”, afirmó por su parte Caruso Lombardi.
Las bancas en juego
Por detrás de la disputa nacional entre Milei y Macri, y el posicionamiento que cada candidato procura hacia los comicios de 2027, este domingo se eligieron 30 de las 60 bancas de la Legislatura. Y no todos los espacios arriesgaban lo mismo.
La Libertad Avanza tiene hoy ocho representantes y renueva seis, aunque cuatro integran el bloque que conduce Pilar Ramírez y dos, el de Marra. Con los resultados de esta noche llegará a 13 y se convertirá en la segunda minoría. La primera será Unión por la Patria, que arriesgaba solamente ocho de sus 18 bancas y tendrá 20 cuando se renueve el parlamento porteño.
Pro ponía en juego poco: sólo dos de sus siete escaños amarillos. Sumó tres y tendrá un bloque de 10 legisladores. Evolución UCR, en cambio, perdió seis de sus ocho bancas (siete, si se agrega en la cuenta la del socialismo porteño). El FIT, por su parte, lograba renovar una de sus dos bancas en juego.

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