Murió monseñor Antonio Baseotto, el obispo que generó un largo conflicto entre el gobierno de Kirchner y el Vaticano
Fue obispo castrense y en 2005 recriminó en una carta al ministro de Salud la política favorable al aborto; el Presidente dictó un decreto para removerlo; el obispado castrense solo fue cubierto 11 años después por Francisco; en la Iglesia reconocen su austeridad y humildad
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A los 93 años falleció el obispo castrense emérito, monseñor Antonio Juan Baseotto, protagonista de un recordado incidente en 2005 con el entonces presidente Néstor Kirchner. El mandatario dictó un decreto para removerlo a raíz de una carta en la que el representante de la Iglesia ante las Fuerzas Armadas le recriminaba al gobierno nacional una política en favor del aborto. El entredicho derivó en un grave conflicto con el Vaticano, que durante once años mantuvo vacante la sede ordinaria castrense. Al margen de este entredicho, en la Iglesia reconocen la austeridad y humildad del obispo fallecido, que había dejado la pastoral activa en 2007.
“No lo quiero ver nunca más en un cuartel a éste”, explotó de furia Kirchner una mañana de febrero de 2005, cuando leyó los diarios que informaban sobre una carta que el obispo Baseotto le había dirigido al ministro de Salud, Ginés González García, para reprocharle la distribución de preservativos y sus posturas en favor del aborto.
“Cuando usted repartió públicamente profilácticos a los jóvenes, recordaba el texto del evangelio donde nuestro Señor afirma que los que escandalicen a los pequeños merecen que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar”, escribió el obispo en la nota al ministro.
Baseotto citaba en el texto un pasaje bíblico que despertó la reacción del Gobierno, en momentos en que el marino argentino Adolfo Scilingo era juzgado en España por su participación en los llamados “vuelos de la muerte”, una de las prácticas de la dictadura militar argentina que más conmoción había provocado tras la recuperación de la democracia.
El resultado fue un decreto de Kirchner para desplazar a Baseotto, cuya validez no fue reconocida por la Santa Sede, dado que el presidente carecía de atribuciones para designar o remover un obispo. La sede castrense permaneció vacante durante 11 años, hasta que en 2016, durante la gestión de Mauricio Macri, el papa Francisco regularizó la situación con el nombramiento de un nuevo obispo castrense: monseñor Santiago Olivera.
Respaldo del Vaticano
El entonces ministro de Defensa era José Pampuro, quien ante el conflicto citó al obispo castrense para pedirle explicaciones y transmitirle el malestar del Gobierno por la “desafortunada alegoría bíblica”. En cambio, el obispo castrense recibió un respaldo explícito y la solidaridad del Vaticano, por parte del cardenal italiano Renato Martino, que presidía el Pontificio Consejo de Justicia y Paz.
El escándalo surgió en los tramos finales del pontificado de Juan Pablo II, quien falleció en abril de 2005. El incidente, con el desplante de Kirchner, se desplegó durante el papado de Benedicto XVI, quien una vez recibió en el Vaticano a Baseotto, ya retirado, y le preguntó: “¿Cómo andan esos líos en la Argentina?”. Francisco, poco después de su asunción, también recibió a Baseotto y compartió la celebración de una misa en su residencia de Santa Marta.
Baseotto había nacido en Buenos Aires el 4 de abril de 1932. A los 25 años fue ordenado sacerdote en la Congregación del Santísimo Redentor y en 1991 fue designado por Juan Pablo II obispo coadjutor de Añatuya, la sede más pobre del país. El nombramiento implicaba el derecho a sucesión cuando se retirara el obispo titular, monseñor Jorge Gottau, lo que aconteció en 1992.

Una década más tarde, en diciembre de 2002, pasó a ser obispo castrense. Y poco más de dos años después se produjo el entredicho con Kirchner y la Santa Sede mantuvo a Baseotto como obispo castrense hasta que cumplió 75 años y pasó retiro. Curiosamente, Baseotto, como obispo castrense, y Bergoglio, como arzobispo de Buenos Aires, fueron los dos obispos que recibieron a Kirchner en la Catedral el día de su asunción presidencial, el 25 de mayo de 2003, para la celebración del tedeum.
Monseñor Baseotto era profesor de biología y doctor en ciencias naturales, condición que mencionó en la nota a González García para justificar su posición en contra de la interrupción voluntaria del embarazo. Nunca se reunió con González García, quien falleció en octubre de 2024, a los 79 años.
En el Episcopado había en ese momento voces que consideraban que Baseotto había actuado con imprudencia y elegido una figura tal vez inapropiada para polemizar sobre el aborto, dado el contexto de la revisión de los delitos de la dictadura militar.
El actual obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, despidió a su antecesor con un mensaje en el que destaca su cercanía con las familias del personal de las Fuerzas Armadas y de seguridad como “padre y pastor”.
“Como Iglesia, obispo, sacerdotes y fieles laicos, de nuestra familia castrense, especialmente aquellos que tuvieron a monseñor Juan Antonio como padre y pastor cercano, nos sumamos y nos unimos en la oración con la renovada certeza de que esta ha sido su Pascua. Rezamos por el consuelo de sus familiares y su eterno descanso", expresó el obispo en un comunicado.

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