Qué no te podés perder si viajás a Johannesburgo
Ciudad dueña de mil facetas, cuenta su historia en cada baldosa, celebra su arte moderno y contemporáneo y se enorgullece de una infinita pasión por la naturaleza.
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Recomendado por Juana Pires Rafael y Ariel Zamonsky*
Zoo Lake
Zoo Lake es un parque público situado en lo que originalmente se conocía como el parque Hermann Eckstein, quien donó las tierras para la creación de este espacio verde en 1904. Tiene una superficie de casi 50 hectáreas y cuenta con una pileta pública al aire libre, un club de bolos inglés, un lugar para practicar básquet y tenis.
Establecido en los años 30, posee dos restaurantes, un pequeño bosque y una laguna con patos, gansos y botes de remo. Además, hay un club house donde se puede comer bien y muy barato, y disfrutar de música en vivo. Todos los años se festeja el comienzo de la primavera con un festival gratuito llamado Jazz on the lake, al que asisten miles de personas provistas de sus equipos para picnics y cooler boxes, dispuestas a recrearse toda la tarde.
JCAF
La fundación de arte contemporáneo de Johannesburgo tiene como misión promover la apreciación del arte moderno a través de la producción, el intercambio y la preservación del conocimiento. Su sede se encuentra en un antiguo galpón y subestación eléctrica, que formó parte de una red de tranvías que funcionó entre 1906 y 1961. Hoy, el edificio está catalogado como patrimonio provincial, y ha sido refaccionado de manera tal que preserva el funcionalismo modernista de la arquitectura original, mientras que incorpora elementos de diseño actuales y personalizados. Toda la información está en su página web https://jcaf.org.za.
Johannesburg CBD
El centro de Johannesburgo, conocido comúnmente como CBD, es un lugar radiante y con contrastes muy amplios. En él conviven los grandes bancos con un sinnúmero de edificios ocupados y abandonados. El primer y el tercer mundo convergen en la misma cuadra. Hay bares en lo que fueron bóvedas de antiguos bancos, ropa de segunda mano en interminables ferias de inmigrantes africanos, hoteles de muchas estrellas, teatros, museos, iglesias con la música a todo volumen, curanderos, shopping malls. El centro de la ciudad intimida y maravilla a la vez. A mediados de los 90, con la caída del apartheid, muchos de los comercios y de los habitantes del centro y sus alrededores (hasta entonces “zonas exclusivas para blancos”) se trasladaron al norte de la ciudad, a lo que hoy en día es Sandton y Rosebank. El centro fue repoblado por gente de diversas etnias, y los edificios de oficinas se convirtieron en residencias. El Consejo Metropolitano de Johannesburgo está implementando un proyecto para promover la vuelta de empresas al área.
Surfeando la ola
A mediados de diciembre de 2021, luego de establecer el descenso en el número de contagios de covid-19, el gobierno de Sudáfrica, país donde se detectó por primera vez la variante ómicron a mediados de noviembre del año pasado, flexibilizó las restricciones que había impuesto para combatir el virus. En ese sentido, levantó el toque de queda nocturno por primera vez desde el inicio de la pandemia, amplió los aforos y autorizó la venta de alcohol a partir de las 11 de la noche. Si bien el gobierno sudafricano considera que la variante ómicron es muy contagiosa, destaca la menor tasa de ingresos hospitalarios en ocho de las nueve provincias del país. Sudáfrica tiene una tasa de vacunación del 27% de su población con la pauta completa, un valor muy superior a la media del continente, pero muy bajo respecto de la mayoría de los países occidentales.
*Somos una pareja de músicos de jazz oriundos de Bariloche. Vivimos en Sudáfrica desde 2005 y 2016, respectivamente [él emigró con sus padres por razones laborales; ella, por una visita que decidió extender]. Juntos tenemos un dúo de contrabajo (Ariel) y voz (Juana), con el que nos presentamos en teatros, restaurantes, eventos privados y festivales y con el que solemos realizar colaboraciones con talentosos músicos del género. Ahora estamos trabajando en nuestro primer disco. Componemos más que nada en inglés, para generar diálogo con nuestro público, pero también tenemos alguna que otra zamba y algo del repertorio latinoamericano. Nos pueden encontrar como @ariel.juana.music
Producción: Alejandra Abrodos
LA NACION
