“¡Está mi hijo adentro!”. Delincuentes armados con un arma blanca robaron un auto con un menor a bordo

Un impactante episodio de inseguridad sacudió a los vecinos de Haedo. Tres delincuentes irrumpieron en una vivienda familiar para robar un auto sin percatarse de que en el asiento trasero estaba un niño de siete años. Tras gritarles que su hijo estaba dentro del coche, consiguió sacar al menor justo antes de que los asaltantes aceleraran y se fueran del lugar en el vehículo.

Ocurrió en la localidad de Haedo, en el partido de Morón, cuando la madre del menor, tras visitar a sus padres, se quedó conversando con ellos en la puerta de la casa. Mientras hablaban, los ladrones pasaron caminando por la vereda de enfrente y, tras vigilar la situación, decidieron actuar.

Las imágenes de una cámara de seguridad registraron el momento en que uno de los delincuentes se acercó y sacó una faca de su riñonera. Sin mediar palabra, amenazó al abuelo del niño y lo obligó a retroceder. En segundos, otro ladrón se subió al Peugeot 208 negro, que tenía el motor en marcha, con el niño sentado en el asiento trasero. La madre, al ver lo que sucedía, comenzó a gritar desesperada: “¡Pará, que está mi hijo! ¡Dejá el auto, está mi hijo adentro!”.

En medio de la confusión, la madre del niño reaccionó de inmediato y abrió la puerta trasera para sacarlo. El ladrón que ya estaba al volante no se bajó ni intentó llevárselo, sino que aceleró mientras el otro delincuente subía por la puerta del acompañante. La escena duró apenas unos segundos, pero el terror fue absoluto.

Los ladrones huyeron a toda velocidad, cruzaron un semáforo en rojo y casi provocaron un accidente a las pocas cuadras. Mientras tanto, la madre del niño, en estado de shock, intentaba procesar lo que había ocurrido. “No podía creer que quisieran llevarse el auto sin darse cuenta de que mi hijo estaba ahí”, expresó más tarde, tras radicar la denuncia en la comisaría de la zona.

El auto apareció abandonado en una calle cercana, pero los delincuentes lograron darse a la fuga. Los vecinos, indignados por la creciente inseguridad en el barrio, anunciaron una marcha para exigir mayores controles y patrullajes.

Uno de los vecinos, Martín Fernández, relató a LA NACION que hace menos de una semana él y su familia fueron asaltados de manera similar cuando llegaban a su casa. “Nos estaban esperando. Apenas abrí la puerta del auto apareció un tipo con un arma y nos hizo tirar al piso. Nos revisaron todo, se llevaron los celulares y hasta la mochila de mi hijo con los útiles de la escuela. No puedo dormir desde ese día”, afirmó.

Otro vecino, Sebastián Pons, denunció que los robos se han vuelto más violentos y que la presencia policial es escasa. “Hace dos meses a mi hermano lo apuñalaron en la pierna para sacarle la bicicleta. Ahora está con muletas porque la herida se le infectó. No podemos vivir así. Estamos pidiendo patrullajes, pero nadie hace nada”, manifestó a este medio.

Las autoridades locales informaron que están analizando las imágenes de las cámaras de seguridad para identificar a los delincuentes y reforzar la vigilancia en el barrio. Mientras tanto, la preocupación sigue latente entre los vecinos, quienes piden medidas urgentes para frenar los hechos de inseguridad.

Por Camila Súnico Ainchil

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