Se conocieron los resultados de las autopsias del triple crimen y suicidio
Laura Leguizamón, la sindicada homicida, habría utilizado dos cuchillos
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Fue un baño de sangre. Bernardo Adrián Seltzer fue asesinado de tres puñaladas. Sus hijos adolescentes, Ian e Ivo, recibieron entre 10 y 12 cuchillazos cada uno. Tras el triple crimen, la sindicada homicida, Laura Leguizamón, esposa y madre de las víctimas, decidió quitarse la vida. Fue hallada en el baño del departamento, tenía heridas en la zona superior del pectoral, a la altura del corazón. También le descubrieron lesiones autoinfligidas en las muñecas. También se había clavado una uña en el cuello y en sus manos tenía cabellos.
Así lo determinaron los resultados preliminares de las autopsias hechas en la Morgue del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de la Nación y que ya fueron entregadas al fiscal César Troncoso, funcionario a cargo de la investigación, según informaron a LA NACION calificadas fuentes policiales. En el caso interviene el juez nacional en lo criminal y correccional Luis Schelgel.
“Las heridas que presentaba Leguizamón a la altura del corazón eran muy cercanas entre sí y denotan que fueron autoinfligidas, típicas del suicida. También tenía heridas en la nariz y en la rodilla. No se observaron lesiones o signos de defensa”, explicó a LA NACION una fuente que tuvo a las autopsias.
La sindicada homicida habría usado dos cuchillos que fueron secuestrados por personal de la Policía de la Ciudad designado para hacer los peritajes en la escena del múltiple crimen, el departamento 6 A del edificio situado en Aguirre 295, en Villa Crespo.
Un cuchillo de cocina con mango metálico se destacaba encima de las sábanas de la cama matrimonial, a 20 centímetros del cuerpo de Seltzer, dos heridas en la zona pectoral derecha y otra en la parte izquierda.
Fue una de las dos armas blancas halladas en la escena de la masacre. Tenía manchas hemáticas en el mango y en la hoja.
Ian e Ivo fueron apuñalados con un cuchillo de cocina con mango de madera. Esta arma blanca tenía mayor cantidad de restos de sangre. Fue encontrada del lado de la cama donde dormía la mujer.
El adolescente que fue asesinado en su habitación no solo tenía heridas de arma en la espalda, también en la nuca y en la cara. Su hermano fue apuñalado en la espalda y en el pecho.
El horror fue descubierto ayer a las 13.30 cuando la empleada doméstica que trabajaba para la familia Seltzer ingresó en el departamento y quedó presa del pánico al descubrir el cuerpo de uno de los adolescentes en la cocina. Sin perder tiempo llamó a la policía.
Cuando el personal de la Policía de la Ciudad ingresó en el departamento 6 A del edificio Aguirre 295 descubrió los cuerpos de Seltzer, de 53 años; Leguizamón, de 51, y de sus hijos Ian, de 15, e Ivo, de 12.
“El cuerpo de uno de los adolescentes estaba en la cocina. Tenía una herida de arma blanca en el pecho, del lado derecho. Murió cuando intentaba huir de su homicida. El otro de los hijos del matrimonio estaba muerto en su habitación”, sostuvo a LA NACION una fuente que tiene o estrecho con los investigadores.
El chico que estaba en la cocina, cerca de la puerta de ingreso al departamento, además de la herida en el pecho, presentaba lesiones de arma blanca en la espalda. “También marcas de signos de defensa en las palmas de las manos y los brazos”, sostuvo un investigador.
Su hermano tenía varias heridas cortantes en la espalda. También tenía marcas de defensa en los brazos y en las manos. Las autopsias determinaron que los adolescentes recibieron entre diez y 12 puñaladas cada uno.
“El cuerpo de Leguizamón estaba en el baño, sobre el inodoro. Tenía una gran herida de arma en la zona superior del pectoral del lado derecho. En sus manos tenía cabellos o pelusas mezcladas con cabello”, sostuvieron fuentes de la Policía de la Ciudad.
Seltzer estaba muerto en su cama. Presentaba tres puñaladas en la zona derecha del pecho. Presumiblemente, lo mataron cuando dormía.

Un allegado a la familia le contó a LA NACION que Leguizamón había tenido una recaída de una patología psiquiátrica de la que fue tratada hace dos años.
Para acompañar a su esposa, Seltzer, que era un experto en el mercado de granos como analista y corredor, había comenzado a trabajar desde su casa.
“Leguizamón tomaba medicación para evitar estar en un mundo paralelo. Costaba levantarla de la cama. Seltzer trabajaba prácticamente desde su casa para que ella no esté todo el día en la cama. Se podría decir que tenía un problema grande de depresión”, dijo a LA NACION una persona que en las últimas horas habló con el experto en mercado de granos.
“Con medicación”
El “primer episodio psiquiátrico” Leguizamón lo tuvo hace casi dos años. Se pensó en su momento que había sido un pico de estrés. “Con medicación se recompuso”, sostuvo la fuente consultada.
Hace dos meses volvió a “tener un episodio”. Seltzer le dijo a un amigo, según pudo reconstruir LA NACION, que al aceptar que tenía un problema psiquiátrico, Leguizamón se deprimió.

Una psiquiatra amiga, después de decirle que por su relación no la podía atender, le recomendó hacer terapia. Según pudo saber LA NACION, la familia se había ado con un centro médico y estaba a la espera de turno para que Leguizamón sea atendida por un grupo interdisciplinario de psicólogos y psiquiatras.
En la cocina el personal de la Policía de la Ciudad encontró una carta “escrita por una persona que no estaba en sus cabales”, dijeron fuentes policiales.
“El departamento tiene dos puertas blindadas sin signos de haber sido violentadas. No faltaba nada material, lo que descarta que se haya tratado de un hecho de inseguridad y confirma la hipótesis de un múltiple homicidio seguido de suicidio, un crimen intrafamiliar” afirmaron fuentes policiales.
El múltiple crimen y suicidio habrían ocurrido a las 6.
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