Aves playeras: el impresionante impacto de estas especies en el medio ambiente
Cada 6 de septiembre se conmemora a nivel mundial su día para celebrar sus migraciones y promover su investigación, monitoreo y conservación
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Existen 235 especies de aves playeras (del orden Charadriiformes) reconocidas en el mundo. Sin embargo, un 50% de las especies que se estudian a escala global está sufriendo una declinación en sus poblaciones. Esto enciende las alarmas de los especialistas debido a que estos ejemplares actúan como indicadores biológicos de la salud del medio ambiente.
Algunas de estas aves son migratorias y su presencia, o ausencia, revela el estado de los ecosistemas que recorren en sus rutas. “Son aves que nos invitan a pensar la conservación de forma colaborativa entre diferentes sitios, países y culturas”, destaca Laura Dodyk, coordinadora del área de rutas migratorias en Aves Argentinas.
Además, la preservación de esta especie y de sus hábitats contribuye directamente al bienestar de las comunidades humanas que las rodean. Su conservación ayuda a resguardar servicios ecosistémicos y a sostener economías locales. Fomenta la protección costera y la regulación del clima, mantiene la calidad del agua y la provisión de alimentos, y protege los espacios naturales para su uso recreativo.

En la Argentina, se registran 62 especies: desde los humedales altoandinos en el norte, hasta el extremo sur en la Patagonia. De estas, 26 nidifican en el país, 23 son migratorias neárticas y 13 son accidentales o con registros históricos, es decir con muy pocos registros o de presencia irregular.
Para muchas de estas aves, septiembre es un mes clave porque realizan sus migraciones. Algunas llegan a las costas y lagunas nacionales cada primavera después de pasar su etapa reproductiva en el hemisferio norte. Mientras que otras viajan del centro del país al extremo sur de la estepa o a la costa de la Patagonia para reproducirse.
“Entre los chorlos y los playeros se encuentran aves con migraciones espectaculares. En un año, las aves playeras son capaces de volar unos 30.000 kilómetros”, comenta Daniel Blanco, director de Fundación Humedales-Wetlands International.
Aunque la mayoría de las aves playeras se localiza cerca del agua, algunas prefieren hábitats lejos de la costa. Pueden habitar una amplia gama de ecosistemas, que incluyen: marismas intermareales, playas arenosas, costas rocosas, humedales de agua dulce, pastizales, campos arados y tierras agrícolas inundadas. Por ejemplo, algunos de los sitios en los que se las puede ver en la Argentina son: la Bahía San Antonio en Río Negro, la Bahía de Samborombón, la Albufera Mar Chiquita y el Estuario de Bahía Blanca, la Laguna Llancanelo en Mendoza; y el Estuario del Río Santa Cruz.