Cómo es La Hoya, el epicentro de accidentes con cuatriciclos, UTV y camionetas en Pinamar
Los jóvenes no suelen utilizar cascos mientras circulan en este tipo de vehículos; la zona es propiedad privada y comienza a 300 metros del mar
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PINAMAR (Enviada especial).— El rugido de los motores rompe la calma de las dunas, en un paraje que marca la frontera entre Pinamar, General Madariaga y el Partido de la Costa. Se trata de un terreno playero donde los UTV (Utility Task Vehicle), cuatriciclos y camionetas circulan sin control. En pleno verano, este lugar se transforma en un circuito de adrenalina y peligro, improvisado por los mismos que se convocan a ese punto. Carreras clandestinas, menores manejando y personas que circulan a alta velocidad sin casco. Es un combo anárquico que todos los años termina en accidentes, algunos de ellos fatales. El lugar en cuestión es La Hoya.
Para llegar hay que pasar por un control de tránsito en el que se verifican las patentes de los rodados, licencias y seguros; a la salida se realizan controles de alcoholemia. Pero las autoridades dicen que nada pueden hacer desde este puesto en adelante. “Secuestramos entre tres y cuatro vehículos por día por distintas infracciones. Adentro hasta venden alcohol y no podemos hacer mucho más que esto”, dice a LA NACION un encargado del operativo.

La Municipalidad de Pinamar -advierten autoridades- tiene jurisdicción desde el mar hasta unos 300 metros en dirección al bosque: ahí se concentran cientos de 4x4, UTV, familias con carpas y paradores, lo que se denomina “corredor seguro”, conocido como La Frontera.

Postes de madera y un cartel con la leyenda “propiedad privada, prohibido pasar” separan el espacio público bajo control pinamarense de La Hoya, que según pudo saber LA NACION pertenece a una histórica familia de la zona. La Hoya forma parte de una serie de terrenos repartidos entre familias lugareñas en la época de su fundación y auge.