Los +70 y el uso de la tecnología. Las pantallas los mantienen mentalmente activos, pero pueden caer en un complejo círculo vicioso
Las conductas adictivas al celular, a la computadora y a las plataformas de streaming irrumpen en esta franja etaria; la dependencia a los dispositivos puede interferir en el sueño; algunas de las ventajas son la conexión con los afectos y con el mundo exterior
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En los últimos años, el análisis sobre los efectos de pasar muchas horas frente a las pantallas se centró en niños y adolescentes, pero es un hecho que esta realidad atraviesa a todas las generaciones. Y hay una franja etaria que requiere especial atención: los adultos mayores, vulnerables a las conductas adictivas a las que predisponen smartphones, tablets y otros dispositivos. Si bien la tecnología puede impactar de manera positiva en la tercera edad, hay luces de alerta sobre las consecuencias negativas.
Susana, docente jubilada de 85 años, asegura que el celular es para ella una fuente excelente de comunicación, información, investigación y consulta. “El ex presidente de Uruguay Pepe Mujica dijo que es como tener una universidad en el bolsillo y creo que es así, porque uno puede encontrar información sobre cualquier tema”, reflexiona. Y agrega: “En mi caso, lo uso para comunicarme con mi familia, con mis amistades y vecinos, creo que tiene muchas cosas positivas, pero lo negativo es que se puede convertir en una adicción”.
El acercamiento de Susana a la tecnología la llevó a participar de un grupo de la iglesia con el que reza a diario entre las 15 y las 20. “Lo hacemos por videollamada, cada uno se conecta desde donde está. Incluso cuando me fui de vacaciones nos conectábamos todos los días, es algo que hacemos desde la pandemia”, relata desde su casa de Parque Patricios.
Si bien las pantallas pueden ser aliadas para los mayores, se mantienen comunicados y entretenidos, también pueden llevarlos a situaciones de dependencia o uso excesivo. El aislamiento y el sedentarismo se suman a la lista de efectos indeseados que mencionan los expertos.

“Se duerme viendo algún video”
“Mi mamá tiene 80 y algo que me llama la atención es que está siempre conectada a WhatsApp. No importa la hora del día, si le escribo me contesta rápido. Cuando voy a su casa siempre está con el celular, si tomamos el té o almorzamos, lo tiene al lado. La vi varias veces quedarse dormida viendo algún video. Y si pasa algo por lo que no tiene señal, no le prende o no lo encuentra se angustia mucho, le genera mucha ansiedad”, asegura Paula, de 45 años.
Según la psicóloga clínica Tili Peña, que hace más de ocho años estudia el impacto de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana, se evidencian situaciones complejas para la tercera edad, aunque resalta también las ventajas que implica. Explica que, en este rango etario, existe más tiempo libre, muchos ya no trabajan y, por otra parte, no tienen la energía para hacer actividades como antes, lo que puede empujarlos a un mayor uso de las pantallas.
Entre los aspectos positivos para los mayores, señala: “La tecnología los beneficia porque los acerca a sus familiares. Yo la veo a mi mamá que chatea con mis hijos o hacen videollamadas y, claramente, eso la hace sentir más cerca de su familia. Muchos también se entretienen con algún juego o miran una serie y es una forma de pasar el tiempo de una forma más agradable”. La especialista enfatiza que también les sirve para estar informados o para vincularse con lo que pasa en el mundo a través de las redes sociales, y eso los mantiene mentalmente activos. “Muchas veces los desconecta de la soledad y de lo que significa la vida adulta. Hay que tener en cuenta que van perdiendo amigos y familiares”, plantea.
También pueden sentir mayor autonomía aquellos que usan herramientas con las que resuelven aspectos cotidianos sin tener que movilizarse o pedir ayuda a otras personas. Solicitar turnos médicos, realizar algún trámite bancario o hacer la compra al supermercado son algunos ejemplos del buen uso de la tecnología.
Marcelo Schapira, jefe de la sección de Medicina Geriátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires y miembro de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría, considera que, en principio, el uso del celular trae beneficios para la tercera edad.
En ese sentido, asegura que es necesario aclarar que hay adultos mayores que quizás tienen limitaciones físicas y se encuentran mucho tiempo en su casa. En estos casos, el o con el exterior es a través del celular. Pueden acceder a información sobre salud y a contenidos que tienen algún beneficio como estímulo cognitivo.
Un círculo vicioso
Respecto a los efectos negativos, Schapira menciona el riesgo al sedentarismo. El uso de pantallas puede promover que un adulto con posibilidades de movilizarse por sus propios medios decida quedarse en casa con el celular o la computadora . “Esto tiene que ver con una cuestión emocional del estado de ánimo, en estos casos es necesario ver qué le sucede a la persona y consultar a un profesional”, dice.
Coincide Peña, que advierte sobre las conductas adictivas que suele generar la tecnología. “Está diseñada para eso”, define. Y habla de un círculo vicioso que puede volverse nocivo. “Si les duele un poco la rodilla, en vez de salir, prefieren quedarse en su casa para ver una serie, para entretenerse con algún jueguito del celular o para navegar en una red social”, señala la psicóloga. Esto fomenta tanto el sedentarismo como un mayor aislamiento. “Se pasa el día y quizás estuvieron con el celular durante muchas horas, esto es un riesgo también a esa edad”, advierte.