
Los robos viajan en subte y colectivo
Pasajeros son abordados por ladrones que les exigen la tarjeta de débito y la clave, y los dejan vigilados durante el hecho
En los últimos meses una nueva modalidad de robo llegó a la Capital, que sumó otra preocupación a quienes viajan habitualmente en colectivos y subtes o recorren calles céntricas y, al mismo tiempo, obligó a la policía a usar curiosas formas de vigilancia para intentar ponerle fin, con las que ya comenzó a obtener resultados, es decir, detenciones.
Se trata de la actividad de sujetos que abordan amigablemente a una persona que espera el colectivo o el subte, despistándola con preguntas o comentarios, y que logran ascender con su futura víctima al transporte, para sentarse a su lado.
Entonces, uno de esos individuos le dice a su presa que está armado y que no viaja solo, sino que uno o más cómplices lo acompañan. En ese momento le pide el dinero en efectivo que lleve y la tarjeta de débito con la clave correspondiente. También le advierte que si llegara a proporcionarle un código falso, sus compañeros se encargarán de él.
"Mi compañero se va a quedar con vos, más vale que sea el correcto; si no llego a poder sacar plata, te mata", fue la amenaza que recibió una de las víctimas, según relató a LA NACION.
El delincuente desciende del medio de transporte y la víctima sigue viaje bajo sus instrucciones y la presunta observación de sus cómplices que, se supone, recibirán indicaciones de quien realizará la "operación de extracción" de efectivo por medio de teléfonos celulares.
Al cumplirse lo pedido, la persona o personas que viajan junto al asaltado siguen su viaje hacia otro lugar, pero no en todos los casos son advertidos como tales, ya que pueden perfectamente confundirse con otros pasajeros.
El martes último, efectivos de la Policía Federal que viajaban en colectivos de la línea 152, simulando ser pasajeros, detuvieron a sujetos que sustraían objetos de bolsillos y carteras de s. También arrestaron a un delincuente identificado sólo por sus apodos de El Mono o El Oso, y que sería el mismo que varios damnificados describieron como el autor de decenas de robos de este tipo en varias estaciones del subte.
Coincidencias
Los robos de este tipo, de acuerdo con los antecedentes, se registraron en la zona de las terminales de trenes y colectivos de Retiro y en varias estaciones del subte. Pero también ocurrieron en la vía pública, en especial en la peatonal Florida y en otras calles del microcentro porteño.
Al realizar las denuncias en las respectivas comisarías, inmediatamente después del robo, uno de los damnificados se enteró de que este tipo de delitos cunde desde hace varios meses. Asimismo, al comunicarse para realizar la denuncia con el seguro de su tarjeta de débito también pudo comprobar que en pocos minutos habían realizado dos extracciones por el monto máximo permitido: 1000 pesos.
En tanto, las denuncias por robo en la empresa de tarjeta de débito no se habían incrementado -según la información a la que pudo acceder LA NACION- y, a su vez, se informó que aquéllas tampoco se relacionarían con las zonas descriptas por las víctimas de los asaltos.
Varias personas perjudicadas por este delito coincidieron en la descripción de los personajes que las abordaron. Mientras algunos señalan que el delincuente que los interceptó en la línea B del subte era El Mono o El Oso -él mismo se presentaba con esos motes, y decía, indistintamente, que era integrante de la barra brava de Vélez o de Boca-, que tenía un tatuaje debajo del reloj pulsera, medía 1,85 m, tez trigueña y contextura robusta, los testimonios recogidos entre las víctimas de robos en la zona de Retiro agregan más datos.
Quienes fueron sorprendidos en las paradas del colectivo de la línea 132 hablan de dos personas: uno, de estatura media, unos 40 años, pelo corto con entradas y arrugas, y otro, de aproximadamente 30 años, estatura media-alta, flaco y con la nariz desfigurada.
Medidas de seguridad
Este tipo de metodología de asalto es difícil de advertir a simple vista por terceras personas, ya que lo que aparenta ser una conversación entre amigos es, en realidad, lo que en la jerga se denomina un "apriete".
Para los encargados de la seguridad en los subterráneos tampoco es fácil identificar a estos delincuentes, ya que se manejan con cierta tranquilidad porque saben que el dueño de la tarjeta fue amenazado y es vigilado por sus cómplices. No obstante, aseguran haber recibido muy pocas denuncias por robo en la comisaría de la estación de Boedo, perteneciente a la División Subterráneos de la Dirección Ferroviaria de la Policía Federal.
Fuentes policiales dijeron que esta modalidad constituye una innovación en cuanto a asaltos, pues al no requerir la presencia del dueño de la tarjeta con la que se realiza la extracción, los delincuentes no cometen el delito de privación ilegítima de la libertad, común en los llamados secuestros exprés, en los que una persona es retenida y llevada a un cajero automático para sacar plata.
Voceros de la Policía Federal dijeron que, por esta nueva modalidad delictiva, reforzaron la vigilancia en calles y estaciones de subte con alto nivel de tránsito de gente con agentes vestidos de civil.